"Más que negocio, la bodega es un modo de vida que apasiona"

RODRIGO C. LEÓN
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Los oficios del vino (XXII) | La pasión por el mundo del vino desde joven es una cualidad que atesoran quienes desempeñan funciones de dirección. Un ejemplo es José Alberto Calvo en Bodegas Casajús

José Alberto Calvo lleva dedicando toda su vida al mundo del vino y dirige Bodegas Casajús, en la localidad de Quintana del Pidio, desde que la fundó en el año 1993. - Foto: R.C.L.

De la panadería del pueblo, a llevar su vino a todas las partes del mundo. José Alberto Calvo, nacido y residente en la localidad ribereña de Quintana del Pidio, es el fundador de Bodegas Casajús. Desde 1993 la empresa no ha cesado en su progresión; su labor como jefe de bodega es uno de los grandes motivos. Este proyecto no fue una aventura en solitario. Su esposa Leonor trabaja con él mano a mano, aunque centra su labor en la oficina. "En principio teníamos esta parcela para hacernos una casa, pero decidimos invertir en construir la bodega", explica.

Por José Alberto pasan todas las labores de la empresa. Su especial implicación en todas las fases de la elaboración del vino hacen de él una figura de líder absoluto. "Me encargo desde dirigir el viñedo, hasta la elaboración final del vino", resalta. Para él, "un buen jefe de bodega debe ser autoexigente y aprender de cada error para no repetirlo". Su presencia en la bodega la mayor parte de la jornada laboral forma parte de su día a día. "Casajús significa una forma de vida, aquí pasas la mayor parte del día", declara con orgullo.

A sus hombros lleva todo el peso de la parte de la bodega. José Alberto trabaja en solitario, lo que le permite tener todo a su gusto. Únicamente recibe ayuda esporádica de algún técnico o del personal de campo, que son sus únicos empleados. "La ayuda que suelo recibir suele ser en la parte del embotellado", remarca.

Sobre sus inicios con la empresa, menciona que "es una bodega pequeña hecha con el mismo entusiasmo y pasión que en la actualidad". En cuanto a las ventajas competitivas que tiene la propia marca, José Alberto recalca firmemente que Casajús "cultiva su propio viñedo", lo que les permite conocer de primera mano el producto. Relacionado con ello, destaca el motivo del éxito de la empresa desde su fundación. "Buena parte de crear un buen vino, está basado en tener una buena uva", concluye.

La empresa abarca un total de 20 hectáreas, sobre las cuales tiene lugar el desarrollo de Casajús. El buen funcionamiento de la bodega desde sus inicios permitió que en 2018 se ampliará en varias salas más. De esta forma, a día de hoy cuentan con un almacenaje de más de 100.000 botellas y 300 barricas, una cifra muy superior respecto a la etapa anterior a la reforma. "La ampliación nos permitió instalar nuevas máquinas y trabajar con mayor libertad", afirma.

Sin dejar de lado la innovación y la modernización, también otorga especial importancia a la tradición. "Es fundamental conservar la esencia de la viticultura de los inicios", apunta José Alberto. Destaca también la progresiva evolución del embotellado. "Antes se encorchaba a mano, y ahora, con las máquinas se consigue de forma inmediata", recuerda. De esta forma, resalta la trascendencia de saber adaptar las nuevas tecnologías y maquinarias a la tradición que mantiene la empresa desde que se fundara hace 28 años.

Bodegas Casajús se mueve tanto en el mercado nacional como en los internacionales. Más del 70% de sus ventas se realizan en el exterior. "No tiene sentido que una empresa vinícola no trabaje el ámbito internacional", afirma rotundamente. Sus destinos principales se sitúan en Estados Unidos, Brasil, Suiza y México.

José Alberto tiene la clave para saber que está realizando un buen vino: "Cuando cada añada que pasa crees que es la mejor de todas".