Panero ya descansa en su tierra

SPC
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Las cenizas del poeta fueron depositadas ayer en el cementerio de Astorga (León), su localidad natal, cinco años después de su fallecimiento

La familia del poeta leonés Leopoldo María Panero, entierra sus cenizas en el cementerio de Astorga. - Foto: Carlos S. Campillo (Ical)

El poeta Leopoldo María Panero descansa ya en el panteón de su familia en Astorga (León), localidad que le vio nacer y a la que ha regresado después de su fallecimiento hace cinco años en el hospital psiquiátrico Juan Carlos I de Las Palmas de Gran Canaria.

Durante la jornada de ayer se celebró una misa en su honor en la iglesia de Santa Marta de la citada localidad y después, las cenizas de Leopoldo María Panero se trasladaron al cementerio para reposar junto a los restos de su padre, Leopoldo Panero, y su hermano menor, ‘Michi’, en el panteón familiar.

Su prima, Charo Alonso Panero, explicó en declaraciones recogidas por Efe minutos antes de comenzar el acto, que la familia ha conseguido «descansar» después de un periplo judicial que se ha prologado cinco años hasta que la justicia nombró a sus primos herederos legítimos del poeta.

«En la familia estamos verdaderamente felices de que él regrese, de nuevo aquí, a la tierra de su infancia y su juventud. Su idea siempre fue quedarse aquí con su hermano, que además me lo pidió antes de morir», afirmó Charo Alonso Panero.

Su prima recordó que Leopoldo María Panero fue «un gran poeta» y matizó que «lo seguirá siendo» puesto que la familia, ahora heredera de sus derechos de autor, se encargará de que su obra «quede para la posteridad». «Haber conseguido traer sus cenizas a Astorga es un logro muy importante, porque por su terrible enfermedad, Leopoldo María ha pasado los últimos años muy desvinculado de Astorga. Es una especie de liberación para él, que no quería estar en el psiquiátrico donde pasó diecinueve años», señaló su prima.

Leopoldo María Panero falleció en el Hospital Rey Juan Carlos I de Las Palmas de forma repentina una madrugada de 2014. Allí quedaron sus cenizas esperando a que el juez autorizase el regreso a su Astorga natal, que se produjo ayer, cinco años y medio después de su fallecimiento.

No fue hasta el año pasado cuando el juez nombró herederos legítimos a sus cuatro primos, entre los que se encuentra Charo Alonso Panero, que en el momento de conocer la decisión viajó a Las Palmas para recoger las pertenencias de su primo. Desde entonces guardó en casa las cenizas a la espera de que llegase el día de ayer, en el que pudieron darle a su primo una sepultura digna en la ciudad que lo vio nacer. Por la tarde también se celebró un homenaje a la memoria del poeta en la Casa Panero, que contó con la presentación del libro ‘Cenizas al viento’ de Javier de la Rosa.