Burgos cierra la Edad Media

CÉSAR CEINOS
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Cientos de visitantes llenan de nuevo el centro histórico, pero esta afluencia no siempre se traslada a las cajas de los vendedores del mercado. Aun así, todos destacan el numeroso público tras la pandemia

Los jinetes exhibieron todas su habilidades a lomos de los caballos. - Foto: Luis López Araico

La jornada dominical del Festival de Jimena y el Cid volvió a llamar la atención de turistas y burgaleses, que se acercaron a la ribera del Arlanzón a pasar una día en familia entre el centenar de puestos de artesanía y los diversos campamentos.
El buen tiempo fue, una vez más, el aliado perfecto para que los visitantes no se volvieran a casa antes de tiempo. Con una buena chaqueta o un abrigo a última hora de la tarde, no había excusa para quedarse quieto en la calle y ver uno de los torneos de justas medievales (hubo varios a lo largo del día) o para disfrutar de las funciones teatrales. Al igual que sucedió el sábado, muchos hasta buscaron cualquier espacio situado fuera de las zonas de pago del campamento Doña Jimena para no perderse ninguno de los detalles de las actividades que se sucedieron por la mañana y por la tarde. Había mucha gente, tanto dentro como en el exterior del recinto vallado por la organización.

Respecto al mercadillo, los comerciantes también destacan positivamente la gran afluencia de curiosos que se acercaron hasta sus mostradores, pero no todos coinciden en la evaluación final del festival de la Edad Media.

«Estamos muy contentos. Han venido muchas personas. Nuestros productos hay funcionado muy bien», manifestaron desde el puesto de Repostería Valle de Mena. Además, expresaron su felicidad por volver a participar en un evento de estas características después de varios meses en el dique seco. «Teníamos ganas de trabajar. Llevamos muchos años viniendo a Burgos y nos acogen bien», agregaron.
Un balance similar hizo la vallisoletana Jessica Castro de encurtidos El Buen Yantar. «Ha habido una buena respuesta de los burgaleses. La feria fue buena y los visitantes respondieron», explicó la vendedora. En este caso, la recaudación no se resintió respecto a años anteriores. «Están gastando dinero. Antes incluso alguno se quejaba del precio y ahora no lo hacen», sentenció.
Por su parte, el pradoluenguino Roberto Rivera, de calcetines Mestizaje, comentó que había vendido lo mismo que en otras ocasiones, aunque reconoció que el hecho de jugar en casa quizá ayudó a ello (...).

(Reportaje completo y todas las imágenes, en la edición impresa de Diario de Burgos de este lunes)