Sola en la ambulancia

G.G.U.
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La familia de una mujer de 88 años reclama que la trasladaran con una rotura de cadera de Pontevedra a Burgos en una ambulancia sin más asistencia que la del conductor, que hizo las 12 horas de ida y vuelta en el mismo día

Sola en la ambulancia - Foto: Alberto Rodrigo

La rotura de cadera de Digna Cerviño en su Galicia natal no era la única sorpresa que deparaban las vacaciones a la familia de esta pontevedresa de 88 años afincada en Burgos. Lo más chocante fue la forma en la que se produjo el traslado entre las dos capitales; un desplazamiento al que tiene derecho como paciente de Sacyl y que llamó tanto la atención de la familia como para poner una queja por las circunstancias en las que se produjo. Todavía no han recibido respuesta.

La familia explica que el último jueves de julio Cerviño se rompió la cadera e ingresó en el hospital de Montecelo (Pontevedra). El personal sanitario del Sergas les informó de que la mujer tenía opción de ser operada allí o en Burgos y, dado que los hijos también residen en la capital castellana, optaron por el HUBU. «Lo escogimos por comodidad», explican, matizando que en aquel momento ya les llamó la atención que nadie les informara de manera oficial de cuándo y cómo se iba a producir el traslado. «Nos enteramos extraoficialmente de que el sábado 27 (de julio) salía una ambulancia de Burgos para recogerla», indican, detallando que el transporte llegó a la ciudad gallega a las 15.00 horas con el conductor como único ocupante; conductor que esperó hasta las 17.00 horas para salir porque era el momento fijado para iniciar el viaje de vuelta. Es decir, descansó dos horas antes de emprender las seis horas del trayecto de regreso hasta el HUBU.

La falta de información no gustó a la familia, pero fueron los pormenores del trayecto los que fundamentaron una queja formal ante Sacyl, como organismo responsable del transporte sanitario, que está adjudicado desde hace años a Ambulancias Rodrigo . «El chófer iba solo y hay una fila de tres asientos que lo separa del compartimento en el que viajaba nuestra madre, atada a la camilla. No la podía ver, así que, ¿qué pasa si vomita, por ejemplo? Tiene 88 años, iba tumbada y podrían haber pasado horas hasta que el conductor se diera cuenta», relatan, matizando que en esas circunstancias su padre, también de 88 años, decidió acompañar a su mujer en la ambulancia por seguridad, «aunque no es obligatorio». Como remate, puntualizan que el chófer indicó que «si pasaba algo» le dieran «unos golpes fuertes» y paraba.

La ambulancia llegó a Burgos en el horario previsto, a las 23.30 horas, con una parada de veinte minutos hacia mitad de camino, pero la familia sigue sin entender cómo se permite que la misma persona conduzca una ambulancia doce horas en el mismo día y sin compañía sanitaria alguna. «No nos parece normal», recalcan.

La respuesta de la Administración todavía no se les ha notificado a los allegados de Cerviño -hace algo más de diez días que presentaron la queja- pero el contrato que rige el concierto con ambulancias Rodrigo -integrada en Ambuibérica desde hace años- especifica que en este tipo de transporte (interprovincial no urgente y programado) hay que movilizar una ambulancia convencional, que no tiene por qué estar equipada para la «asistencia sanitaria en ruta». De igual forma, deja en manos de la empresa la posibilidad de que el conductor vaya acompañado por otro de su categoría o «ayudante» «cuando el tipo de servicio lo requiera». Y el desplazar a personal propio de Sacyl también parece ser optativo: «Cuando así se indique».

No obstante, fuentes sanitarias explican que este último aspecto depende del criterio del centro emisor del paciente, que en este caso fue el hospital pontevedrés. Es decir, que se supone que debería haber sido Montecelo quien pidiera personal para que Cerviño no viajara sola.