Tercera jornada de liga en el Grupo VIII y nuevo compromiso exigente para la Arandina. El conjunto que dirige el técnico catalán Jordi Fabregat se desplaza este fin de semana hasta tierras leonesas para medirse en La Llanera a La Bañeza (domingo, 18.00h.), en un duelo que bien podría servir para encauzar la fiabilidad del conjunto blanquiazul sobre el césped, pero sobre todo para permitir a éste retornar a los puestos cabeceros de la competición.

Y es que, tras superar el amargo sabor de la derrota sufrida en El Montecillo hace apenas siete días ante el Santa Marta (0-2 para el cuadro charro), el conjunto de la capital ribereña necesita dar continuidad a la mejoría expuesta el pasado miércoles frente al Real Burgos en Copa Federación para relanzar, con la suma de tres nuevos puntos, el optimismo dentro de la plantilla.

Un escenario que reportaría confianza a los pupilos de Jordi Fabregat y que otorgaría, sobre todo, crédito a un proyecto aún en pañales, pero que, de funcionar, podría cautivar a los aficionados arandinos con una puesta en escena sumamente atractiva en lo visual.

No lo tendrá fácil la Arandina no obstante en su salida a La Bañeza. El conjunto que entrena José Díez no ha dejado de crecer en las últimas temporadas desde que regresara a Tercera División y, con un escenario de consolidación paulatino -hace dos campañas a punto estuvo de sorprender a propios y extraños colándose en los puestos de playoff-, aventura convertirse en un duro contrincante para las aspiraciones burgalesas.

Lo sabe Fabregat y, aunque reconoce que «aún tenemos un amplio margen de mejora en la toma de decisiones», y que «las dimensiones del campo -pequeñas-, provocarán más contactos y tiempos de reacción más cortos», apuesta porque sus jugadores sabrán «adaptarse» a las circunstancias para, bien sea «con un fútbol intenso y pragmático» u otro más «combinativo», hacer el duelo más conveniente a sus intereses.