En el papel de una mano amiga

ALMUDENA SANZ
-

La actriz burgalesa Carmen Ibeas participa en 'Ama', la primera película de Júlia de Paz Solvas, sobre la soledad que puede arrastrar la maternidad, en cartelera en los Cines Van Golem

Carmen Ibeas interpreta a Sara, la recepcionista de uno de los hoteles de Benidorm a los que llega la protagonista de ‘Ama’ (Tamara Casellas), de espaldas.

Pepa y su hija Leila, de seis años, viven en la casa de su amiga Ade, que un día, tras varias advertencias y ante una situación insostenible, las echa. Inician la búsqueda de un sitio donde vivir que les llevará a afrontar su relación de otra manera, evidenciará su soledad, sin recursos económicos ni amparo familiar, pero también se cruzarán con gente que les ayuda en su errante caminar. Una de esas manos amigas es la de Sara, la recepcionista de un hotel de Benidorm, al que llega en ese peregrinaje, un papel interpretado por Carmen Ibeas. He ahí la pequeña participación de la actriz burgalesa en Ama, la primera película de Júlia de Paz Solvas, que se estrenó el pasado viernes en salas, entre ellas, en Van Golem. 

Ibeas no avanza más sobre esta incursión. Hasta aquí puede leer. Sí apunta que el suyo es un personaje inspirado en la propia directora. «A través de Sara, que ayuda a la protagonista, se posiciona en este conflicto», cuenta y advierte el mimo que De Paz puso, involucrada en su caracterización -hasta pidió a la maquilladora que la pintara un lunar como el suyo- y en los ensayos. «Fue una manera muy bonita de trabajar, muy desde el cariño y la empatía. Se notaba mucho amor por lo que se hacía». 

Ama parte de un cortometraje homónimo que fue el proyecto de fin de carrera en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (Escac) de la directora y que, por ganar en el Festival de Cine de Ibiza (Ibicine), se llevó como premio convertirlo en largometraje. E irrumpe tocado por la varita mágica. Ama triunfó en el Festival de Málaga, con el Premio Feroz Puerta Oscura a Mejor Película y la Biznaga de Plata a mejor actriz para Tamara Casellas.

El rodaje, que tuvo lugar en L’Albir, Alicante, Benidorm, L’Alfàs del Pi y Sevilla, comenzó en marzo del año pasado y la pandemia lo paralizó hasta julio. Como su papel es corto, Ibeas apenas pasó dos jornadas en Benidorm, pero recuerda que fue curioso. Ella llegó desde Madrid, donde ya el virus había alterado el día a día de sus vecinos, y se sorprendió al ver que en la localidad alicantina apenas se reparaba en él, salvo los señores que viajaban con el Imserso, que sí empezaban a temerse el fin de sus vacaciones. Esa misma semana se decretó el confinamiento. «Fue una incógnita qué iba a pasar con la película. No sabían cuándo se podría retomar, había miedo de que la niña (Leire Marín) cambiara mucho en este tiempo... Finalmente, en junio se reanudó y ha quedado una peli espectacular», rememora la actriz, para quien Ama es su segundo largometraje tras Estándar, de Fernando González Gómez, ambos con la productora La Dalia Films, con la que aún tiene dos cintas más por estrenar, La pasajera y Viejos, ambas de Raúl Cerezo y del citado González Gómez.

«He encontrado en el cine un huequito que no pensé que me iba a llenar y gustar tanto. Estaba muy encabezonada con el teatro», confiesa al tiempo que expresa su felicidad por seguir en los escenarios madrileños con Mi madre, Serrat y yo, 13 años en cartel, y Thelma & Luisa. Morir de amor, estrenada este mismo año con la eutanasia como eje central.