Aquí no hay quien tienda

L.M.
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Vecinos de la calle Segovia denuncian que la rehabilitación de su fachada ha conllevado la colocación de nuevos tendederos inservibles, ya que están situados en un lugar inaccesible

Aquí no hay quien tienda - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

«Parece una broma de mal gusto», repite constantemente Ignacio Bustamante cada vez que entra en su cocina, situada en el bloque de viviendas de CaixaBank en la calle Segovia. Hace unos meses concluyó la reforma de la fachada del inmueble, que a día de hoy luce en todo su esplendor. El viejo frontal de ladrillos ha dado paso a otro renovado y acogedor, pero ha dejado al descubierto un fallo que, no por avisado, trae de cabeza a todos sus inquilinos.El proyecto planteó una serie de modernos tendederos individuales en cada domicilio, encarados en un patio interior con una verja metálica que disimulará la ropa que se coloca en ellos.

Hasta aquí todo correcto.El problema llegó en plenas obras. Bustamante se percató una mañana que estaban colocando el mismo en la ventana de su cocina, situada tras la encimera y la vitrocerámica, una disposición que provoca que a duras penas pueden llegar a abrir y cerrar los cuartillos con facilidad. «Alcanzar el tendedero es completamente imposible», admite. El medio metro de cocina, unido al ensanche de la fachada tras la colocación de placas para mejorar el aislamiento, provoca que los nuevos aparatos para colgar la ropa estén intactos desde que se instalaron. «Advertí a los obreros que era ridículo instalarlos ahí, pero se remitieron al proyecto que había elaborado el arquitecto», lamenta el vecino, que asegura que en todo su bloque tienen la cocina y el mobiliario dispuesto de la misma forma, por lo que la queja es compartida por todos.

Desde que terminó la reforma han escrito y llamado en numerosas ocasiones a la constructora para exigir un rectificación, pero no han conseguido respuesta alguna. Es por ello que no pueden sacar la ropa a la calle para que se seque una vez termina la lavadora. «Nosotros tenemos secadora, pero hay otros vecinos que no y tienen que tender dentro de casa», indica Bustamante. No obstante, algunos inquilinos han decidido tomar la situación por los cuernos e instalar nuevos tendederos -taladrando la fachada- en otros puntos del frontal que da al patio y con un mejor acceso, lo que a buen seguro repercutirá en la eficiencia energética del edificio. «Si agujereamos las placas es como que no hayamos hecho nada, pero no va a quedar otro remedio si nadie se hace responsable de esta vergüenza y nos da una solución», lamenta Ignacio Bustamante.