Las residencias de ancianos tratan de volver a su normalidad en la medida de lo posible, tras muchos meses de lucha contra el coronavirus. La de San Miguel del Monte, dependiente de la Diputación de Burgos, salvó la primera fase de la pandemia sin incidencias, pero desde otoño el virus la golpeó con fuerza. Los daños se han dejado atrás, al menos esa es la intención, por lo que están cerca de recibir a dos nuevos ancianos, justo cuando se cumplirá un año sin ingresos.
Su director, Isaac Puebla, indica que entrarán en febrero. Fue en este mes de 2020 cuando se produjo la última alta, pero a partir de marzo todo se paró. La pandemia provocó que estos servicios se blindaran y la Diputación hasta este momento no ha autorizado ninguna entrada en San Miguel. «Tenemos muchas vacantes pero afortunadamente estamos reactivando los ingresos con dos nuevos este febrero y a partir de ese momento llegarán un montón de decretos», reconoce Puebla, quien afirma que de las de las 99 plazas con las que cuenta la residencia solo se tienen cubiertas 57. En el tiempo sin ingresos, en septiembre hubo un par de casos que estuvieron a punto de aprobarse pero su incorporación se frenó en el último momento tras detectarse el brote que afectó al centro.
La dirección ya está en contacto con los futuros usuarios, que tendrán que acceder después de haberse sometido a una PCR para demostrar que no portan la enfermedad. En cuanto a la vacuna, Puebla aclara que no es una medida obligatoria, por lo que tienen que esperar la decisión de los nuevos residentes para poder suministrarla. La residencia inició la vacunación al personal y a los ancianos el pasado martes, y el responsable ensalzó que «no hemos tenido a nadie que se haya negado a recibirla».
La primera dosis que han recibido se observa «como el primer paso hacia la normalidad», aunque no significa que dentro de sus instalaciones para la tercera edad se haya bajado la guardia. Precisamente para evitar cualquier riesgo tampoco se ha eliminado personal, a pesar de la escasa ocupación con la que cuentan. De hecho todavía recuerdan los peores momentos del brote que llegó a infectar a cerca de 29 residentes.
Por este motivo, Puebla aclara que «tenemos la misma plantilla que antes, aunque sin los refuerzos y cuando existe alguna baja de poco tiempo no la cubrimos». En este sentido, habrá que esperar el ritmo que alcanza la Diputación para ir sumando ancianos y recuperar los 99 usuarios que habitualmente residen en San Miguel del Monte, donde este año la administración provincial plantea una inversión importante.
El gasto previsto rozará los 300.000 euros para habilitar un nuevo espacio para de esparcimiento. En concreto, se afronta la segunda fase de la recuperación que se inició hace varios años del claustro del antiguo Monasterio levantado en el siglo XVI. En la restauración y consolidación de los restos se invirtieron 66.000 euros, aunque ahora «se quiere dar una continuidad, para que sirva para el bien de los residentes».
Por este motivo, Puebla recuerda que el proyecto se redactó y estableció un precio de 290.000 euros para las obras que ya están presupuestadas para este 2021. Con ellas se ganarán 150 metros cuadrados que servirán también para aumentar las separaciones entre los ancianos, aunque habrá que acristalar el claustro y dotarlo de calefacción. Uno de los aspectos que más se resalta de la obra se centra en el aumento en dos servicio geriátricos adaptados para las necesidades de los residentes.