Noche en alerta y 9 carreteras cortadas en Las Merindades

A.C.
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La lluvia ininterrumpida unida al segundo deshielo en once días convirtió ayer la comarca en una ratonera que cerró el tráfico en vías nacionales, regionales y locales y llevó a recomendar evacuaciones en Montija. También Miranda está en vela

Un vecino trata de llegar a su tractor en la Barcenillas de Cerezos (Sotoscueva), donde la BU-526 era una gran balsa intransitable en la tarde de ayer.

La comarca volvió a pasar ayer una jornada en jaque por efecto de las fuertes e ininterrumpidas lluvias que llevaron otra vez al deshielo rápido de la nieve que había caído el miércoles y a causar inundaciones en la cuenca del Trema, con viviendas afectadas en Cornejo de Sotoscueva y Torme; en la del Nela con afectados en Santelices de Valdeporres; así como temor por la crecida del Trueba en Villalázara y Barcenillas del Ribero. A las diez de la noche, los ríos seguían subiendo en Villarcayo, Medina de Pomar o Trespaderne, pero ya había remitido la crecida en la cabecera del Nela, donde el caudal comenzó a bajar hacia las seis de la tarde en Santelices, en la del Trueba en Espinosa y en el Trema, que inició el descenso en Cornejo hacia las nueve de la noche. A lo largo del día, las  escorrentías del deshielo que inundaron todas las carreteras convirtieron la comarca en una ratonera con una decena de vías cortadas tanto nacionales, como regionales y locales y una cantidad ingente de balsas que causaron graves dificultades para circular.

El alcalde de la Merindad de Montija, Florencio Martínez, trataba de coordinar lo que sucedía en su municipio desde Málaga, donde está de vacaciones. No soltó el teléfono en toda la jornada, mientras sobre el terreno trabajaba el resto del equipo de gobierno. A la vista de la fuerza que tomó el Trueba por la tarde, desde el Ayuntamiento montijano se recomendó abandonar varias viviendas de Villalázara y Barcenillas del Ribero, pero la mayoría de los vecinos decidieron continuar en sus casas y solo algunos se fueron a su segunda residencia en Vizcaya. «No nos la queremos jugar», señalaba Martínez. Si se complicaba la noche, el Consistorio había puesto habitaciones a disposición de posibles afectados en el hotel rural El Balcón de Montija, en El Crucero.

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