El Corte Inglés cerró ayer para siempre, tras dos décadas de servicio, las puertas de su tienda de la calle Vitoria y avenida del Arlanzón. La cadena española ejecutó de este modo la primera de las dos clausuras de centros que anunció a finales del pasado mes de julio. Ambos no desaparecerán, sino que se mudarán al complejo de Parque Burgos dentro de un proceso de reestructuración comercial ajeno al ERE.

Tras varios días anunciando el fin de la actividad comercial, a las 21 horas se echó la persiana por última vez. Hoy miércoles, 1 de septiembre, su oferta de textil, calzado y electrónica está presente en el centro comercial de la zona sur, en plenas obras de remodelación. La treintena de empleados que acudían a diario a la calle Vitoria se reorganizarán tanto en Parque Burgos como en el centro de la calle de La Moneda.

Este, que también tiene fecha de caducidad -el primer trimestre de 2022- arrancará su mudanza desde el centro de la capital en octubre. Una serie de contratos ya firmados con las marcas que se venden en el mismo impide que el traslado se efectúe de manera conjunta, por lo que durante cerca de medio año estarán solo habilitadas la planta baja y el sótano.

Con respecto al futuro de ambos inmuebles, El Corte Inglés no ha tomado aún decisión alguna sobre si optará por venderlos o por dedicarlos a otros usos comerciales u organizativos.