La dimisión de Evo Morales y su posterior huida a México, así como la asunción del Poder Ejecutivo por parte de la opositora Jeanine Añez, no han frenado las protestas en Bolivia, donde la violencia se ha apoderado de las calles -ya se ha alcanzado la decena de fallecidos por los disturbios- y el caos ha hecho lo propio en las instituciones.

Apenas un día después de autoproclamarse presidenta interina, Añez nombró ayer un Gabinete de urgencia, con solo 11 ministros, para iniciar la transición de Gobierno en el país, al tiempo que nombró al nuevo mando militar.

El Ejecutivo estará formado por miembros del hasta ahora partido opositor  Unidad Demócrata considerados del ala más dura y una de las novedades reside en la cartera de Exteriores. La dirigente rompió con la tradición de que este Ministerio lo debía ocupar siempre un indígena y en su lugar designó a una diplomática de carrera, Karen Longaric.

El caos se apodera de Bolivia - Foto: Rodrigo SuraTambién llamó la atención que la mandataria recuperase el Palacio Quemado de La Paz como sede del Gobierno, un lugar que fue desechado por Morales en 2018 por considerarlo un vestigio «de época republicana con símbolos coloniales europeos». Además, el «patria o muerte» al final de los discursos del exiliado durante más de 13 años ha dado paso a «que Dios los bendiga» de su sucesora.

Por otro lado, y después de que Morales asegurase que mantendrá «la lucha» y no dejará «la política», Añez anunció que su predecesor no podrá concurrir a las nuevas presidenciales que se convocarán en los próximos días para intentar zanjar la crisis política desatada por presunto fraude electoral.

«Decirle al MAS (Movimiento Al Socialismo) que tienen todo el derecho a participar en las elecciones, y que vayan buscando candidato: Evo y Álvaro (García Linera, vicepresidente del anterior Gobierno) no están habilitados para un cuarto mandato», subrayó. 

La autoproclamada mandataria insistió en que tiene dos objetivos: celebrar nuevos comicios y derogar la sentencia del Tribunal Constitucional que permitió a Morales y a García Linera aspirar a un cuarto mandato en contra del referéndum de 2016. 

«No es la primera vez que Morales ha robado el voto del boliviano, lo hizo antes el 21 de febrero», recalcó la senadora opositora, en alusión a la consulta popular de hace casi tres años en la que los ciudadanos rechazaron ampliar el mandato del líder indígena.

Asimismo, acusó al huido de ser «él quien intentó» el golpe de Estado con unas «elecciones fraudulentas» el pasado 20 de octubre. «El único golpe fue el que pretendió dar el MAS», insistió.

Entre tanto, el partido socialista eligió al nuevo presidente de la Cámara de los Diputados gracias a su mayoría parlamentaria y aprovechando la ausencia de la oposición. El oficialismo celebró una sesión de madrugada, hora local, después de que durante la jornada anterior se produjeran incidentes cuando algunos de sus parlamentarios iban a acceder a la Asamblea Legislativa.