Ayer fue una jornada, la del último día del mes de agosto, de intenso trabajo para la Guardia Civil de Tráfico y para los servicios de emergencia de Sacyl, ya que se produjeron varios percances en las carreteras burgalesas, sobre todo en las inmediaciones de la capital. Dos heridos es el balance de los tres siniestros que se registraron, uno de ellos un niño de 8 años que se cayó de la motocicleta que pilotaba su padre cuando circulaba por el kilómetro 247 de la A-1, en plena circunvalación.

El accidente tenía lugar a las 12,45 horas en la BU-30, cuando una motocicleta que ocupaban dos personas, un adulto y un menor, se fue al suelo y con ella el piloto y su acompañante. El padre resultaba ileso, pero el niño sufrió lesiones en una mano. El servicio de emergencias 112 de Castilla y León movilizó rápidamente al Subsector de Tráfico de la Benemérita y a una ambulancia de soporte vital básico de Sacyl para que el niño fuera atendido. Sin embargo, antes de que sucediera, la madre se acercó hasta el lugar de los hechos y fue quien trasladó -en su coche- al menor hasta el Hospital Universitario (HUBU).

Antes de que ocurriera este siniestro -quedaban cinco minutos para las 10 de la mañana- se producía un accidente en la A-231, muy cerca de la capital, a la altura de Villalbilla. Un turismo que circulaba en sentido Burgos se salió de la vía y volcó sobre el asfalto. Los testigos telefonearon al servicio de emergencias 112, que movilizó patrullas de tráfico y una ambulancia de Sacyl, cuyo personal sanitario asistió a un varón de 40 años de edad, quien rechazó ser evacuado al complejo asistencial de Burgos.

Cerca ya de las 14 horas un tráiler que transportaba un remolque frigorífico y un turismo colisionaban en el nudo Landa, justo en el enlace entre la A-62 y la A-1. Por fortuna en el choque lateral no hubo que lamentar heridos, aunque los agentes de la Benemérita sí que tuvieron que regular el tráfico para evitar que se congestionara la doble vía.