18 agentes en prácticas llegan en septiembre a la Policía

I.E.
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Ocho de ellos irán a la capital, cinco a Miranda y otros cinco a Aranda. Con ellos la Comisaría Provincial incrementa su plantilla, que roza el 83% de plazas cubiertas en la actualidad

Policías nacionales revisan la documentación de los clientes de un bar de las Bernardillas. - Foto: Valdivielso

Tal como están las plantillas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado -muy lejos del 100% en todos los territorios de España- cualquier ayuda es bienvenida y los agentes en prácticas sacan una labor nada desdeñable. De los aspirantes que sacaron la última oposición de la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía un total de 18 recalarán en la Comisaría Provincial el próximo mes de septiembre. Un total de ocho se quedarán en la capital mientras que Aranda de Duero y Miranda de Duero se distribuirán a partes iguales los diez restantes. Vendrán muy bien para reforzar las labores de seguridad ciudadana y los operativos para controlar las restricciones y medidas de seguridad que impone la pandemia.

Con todo, la Policía Nacional en Burgos sigue estando en un 83% de tasa de cobertura de su plantilla, un porcentaje similar al de las provincias del entorno. En todo caso, y en contra de lo que ocurre en la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía ha ganado efectivos en la última década. Ha pasado de los 401 agentes de 2010 a los 412 de 2019, según la última estadística. Eso sí, por el camino también ha sufrido descensos en la plantilla que se agudizaron hasta tocar fondo en 2017 cuando solo había 380 efectivos en la provincia burgalesa.

La gráfica del organismo policial presenta varios dientes de sierra, puesto que entre 2010 y 2012 llegó a crecer en más de 50 personas. Desde entonces la caída se hizo llamativa especialmente en 2013 y 2014 hasta llegar al mencionado suelo de hace tres años. Desde entonces, y al contrario de lo que ha ocurrido con la Guardia Civil, ha respirado aliviada al ganar más de 30 compañeros nuevos, teniendo en cuenta siempre que las plantillas están excesivamente envejecidas respecto a lo que sería ideal, como por otra parte ocurre en el conjunto de las administraciones públicas.

Ese incremento contrasta con la tendencia nacional y regional. La plantilla de la Policía Nacional experimentó bajadas que fue limitada al 2,71% para todo el territorio nacional mientras que en Castilla y León la pérdida de agentes llegó al 6,31%. Solo Palencia, además del caso burgalés, puede presumir de haber crecido.