Hiperbaric: una apuesta en firme por las 'hidrolineras'

H.J.
-

La firma burgalesa Hiperbaric quiere posicionarse ante el desarrollo de los vehículos impulsados por hidrógeno, una alternativa a los eléctricos con más autonomía y velocidad de recarga

Estación de recarga del Centro Nacional de Hidrógeno de Puertollano, una de las poquísimas existentes en España - Foto: Rueda Villaverde

Las empresas que presumen de innovadoras, de cultivar nuevos campos que nadie ha sembrado antes a la espera de obtener cosechas sorprendentes, no suelen estar nunca quietas cuando se trata de pensar en horizontes de futuro. Quizás por eso Andrés Hernando, consejero delegado de Hipebaric, no disimula su entusiasmo cuando habla de uno de ellos: el futuro del hidrógeno como gran apuesta por la movilidad sostenible.

Al igual que los vehículos eléctricos, los impulsados por hidrógeno no generan emisiones más allá de echar agua por el tubo de escape y por lo tanto son sostenibles. Todavía resultan muy caros y su mercado es pequeñísimo (en España prácticamente testimonial), pero frente a los eléctricos presentan la ventaja de una autonomía mucho mayor y una gran rapidez en la recarga, lo que los convierte en más competitivos para afrontar viajes por carretera sin estar planificando paradas intermedias o distancias máximas sin repostar.

Para apuntalar el crecimiento de este mercado, una de las claves sería mejorar el almacenamiento en las futuras ‘hidrolineras’, o gasolineras de hidrógeno. Sus tanques necesitarían una compresión, y ahí es donde entra Hiperbaric y su tecnología de altas presiones.

"Queremos desarrollar un compresor a 1.000 bares porque estoy convencido de que la movilidad del futuro pasa por este tipo de coches, que ahora son caros pero que cada vez serán más generalizados con la instalación de ‘hidrolineras’", explica Hernando.

Además, se espera una apuesta de la Unión Europea por un gran Acuerdo Verde que permita generar hidrógeno con plantas eólicas o solares y almacenarlo comprimido, lo que sería más eficiente que la red eléctrica en la que no hay posibilidad de tener ‘stock’ o que las baterías para cuya correcta recarga se necesitan 6 u 8 horas.

A lo largo de los últimos años, algunos países han empezado a apostar por la implantación de una red de ‘hidrolineras’. Japón está a la cabeza, pero en el entorno europeo hay que citar a Alemania, Reino Unido o Francia donde cada vez son más habituales aunque todavía resulten absolutamente minoritarias.

En España, sin embargo, su existencia es mínima. Existe una en la localidad manchega de Puertollano (Ciudad Real), gestionada por el Centro Nacional del Hidrógeno y que se puso en marcha hace tres años. Sin salir de Castilla-La Mancha hay otra en Albacete, y funciona una tercera en Huesca. Actualmente está en construcción una cuarta en Manoteras (Madrid), pero ni siquiera en el entorno de la capital del país, en Barcelona o en toda Andalucía, la comunidad más poblada, podemos encontrar ninguna otra estación de recarga. De su desarrollo dependerá el futuro del vehículo de hidrógeno.