Las redes sociales ardieron en los últimos días a cuenta de un vídeo grabado por un cliente en el interior del bar Carpanta y Compañía, ubicado en la plaza Huerto del Rey, el pasado sábado. Algunas de las personas que pasaron por allí denunciaron un exceso de aforo y la tibieza de los responsables del local a la hora de exigir el uso de la mascarilla a la gente que se encontraba en el interior. Pero concretar a través de esas imágenes si había más personas de lo que establece la normativa no es cosa sencilla. Básicamente porque ni siquiera los agentes de la Policía Local que acudieron para controlar el horario de cierre pudieron determinarlo.

Desde hace ocho años, el cuerpo municipal ha remitido a Licencias varios informes en los que instaban a definir el espacio del que dispone este establecimiento en aras de averiguar si se produce un incumplimiento o no. Una labor que hasta hoy ha quedado en el limbo. Así pues, el otro día ni pudieron desalojarlo ni tampoco levantar una denuncia.

En el vídeo, al que ha tenido acceso este periódico, se ve a varias decenas de personas apelotonadas en el interior, sin guardar las distancias sanitarias recomendadas y, la gran mayoría, sin mascarilla. Testigos que la noche del sábado pasaron por este bar señalan que antes de la medianoche «se estaba bien, no había tanta gente», pero que poco antes de la hora marcada para el cierre «la cosa se desmadró y es lo que se ve en las imágenes».  

La concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, confirma que los agentes «vieron la situación, pero no pudieron levantar una denuncia porque no consta definido el aforo del local», reconoce.

(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos de este jueves)