El sector turístico de Aranda y la Ribera del Duero asume una Semana Santa sin prácticamente reservas por la imposibilidad de moverse entre comunidades autónomas a causa de la pandemia. "De turismo puro y duro, no tenemos nada", admite Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que engloba a 23 casas rurales de distintas localidades como Tubilla del Lago, Valdeande, Espinosa de Cervera o Villanueva de Gumiel.
La ocupación de estas casas rurales apenas ronda el 10%. Un porcentaje que componen "trabajadores de grandes empresas que pasarán dos o tres semanas en la zona y que les pilla aquí la Semana Santa", así como "personas que vienen unos días al pueblo, pero evitan quedarse en la casa de sus padres o abuelos por miedo a los contagios por covid", explica Velasco, detallando que muchos alojamientos llevan vacíos desde verano por las limitaciones impuestas.
Reservas de última hora. Tampoco las perspectivas resultan muy favorables en los hoteles de la capital ribereña. "Hay que reconocer que las previsiones son malas. Las restricciones tan cambiantes tampoco ayudan. En estos momentos, la ocupación se sitúa en un 5% cuando otros años en esta época se situaba entre un 80 y un 90%", indican en el Hotel Aranda. En cualquier caso, confían en las reservas de última hora.
Algo que también comparte el director del Hotel Tudanca, Nacho García: "Se espera que la misma semana todavía recibamos reservas". En su caso, han lanzado un paquete especial que incluye acceso al spa, recién inaugurado, y la ocupación alcanza el 30%. "Ya lo hicimos en 2019 y fue como un Sonorama pero en Semana Santa", subraya.
Por su la presidenta de la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera (Asohar), Nuria Leal, confía en que la población de Castilla y León elija la comarca para pasar unos días en Semana Santa y apuesta por "hacer las cosas bien entre todos, hosteleros y clientes" para evitar más cierres en el futuro y afrontar el verano en una mejor posición. "No nos podemos permitir retroceder", zanja al respecto.
Por su parte, el presidente de la Ruta del Vino Ribera del Duero, Miguel Ángel Gayubo, admite que las restricciones a la movilidad entre comunidades autónomas tendrán un impacto notable en el turismo. No obstante, confía en que se produzcan visitas a la comarca por parte de los habitantes de Castilla y León.
En este sentido, asegura que "esta Semana Santa es una ocasión perfecta para que los propios castellanoleoneses nos apoyemos entre nosotros en la medida de lo posible y para incentivar el consumo de aquellos sectores que se están viendo más afectados por la situación actual".
Gayubo recalca que la prioridad de la Ruta del Vino en estos momentos "es promover un turismo seguro, responsable y de calidad", unos pilares que "siempre han formado parte del ADN de nuestro proyecto y que ahora son más imprescindibles que nunca por la situación sanitaria" que ha provocado la pandemia de coronavirus.
Entre las "maravillas" de la Ribera del Duero, Gayubo destaca la Senda del Duero, que cuenta con 42 etapas; la Ruta Jacobea Camino de la Lana, una de las extensas del Camino de Santiago; o la ruta de árboles singulares, por tratarse de actividades que se pueden disfrutar al aire libre "de una forma segura y responsable", un aspecto clave en tiempos pandémicos.
"Estos días tampoco podemos olvidarnos de nuestras bodegas, restaurantes y hoteles que ahora más que nunca necesitan el apoyo de la gente de la zona", insiste, para después rematar: "Contamos con un patrimonio gastronómico y vinícola impresionante sin salir de nuestra comunidad autónoma".