Retiran el barro que agravaba las humedades de la Catedral

H.J.
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Los muros de las construcciones descubiertas en la excavación estaban ejerciendo un efecto de tapón que impedía la correcta circulación y filtrado de las aguas en el entorno de Pellejería

En la parte inferior de la imagen se aprecia el barro acumulado. - Foto: DB

El entorno de la Catedral, pese a constituir el mismo corazón de la ciudad y su icono más emblemático, ha demostrado que todavía tiene secretos cuando se levanta el suelo para indagar acerca de lo que los burgaleses tienen bajo sus pies. No solo a nivel puramente arqueológico o patrimonial.

El arquitecto Félix Escribano, del equipo ganador del concurso para la remodelación de Las Llanas a cuya obra corresponden estas tareas previas, explica que cerca de la cimentación de la capilla de Los Condestables han encontrar una «gran cantidad de barro» que estaba agravando los problemas de humedad de la seo.

Los muros situados en ese entorno habían generado un «efecto tapón», explica Escribano, que impedían que el agua circulase correctamente o se filtrase. Así, no permitían «respirar» al principal templo de la ciudad que ha sufrido durante siglos el problema de la humedad como demostró la degradación alarmante de los relieves del trasaltar, ya felizmente recuperados.

Ahora, al abrir el terreno, «se ha vaciado ese barro hasta la cota de la cimentación de la capilla de Los Condestables, se dejará secar al aire y haremos un espacio ventilada, lo que técnicamente se denomina una cámara bufa, para su desconfinamiento», continúa el arquitecto. El futuro pinta mejor para este grave problema de conservación de la joya patrimonial.