Fresas para vigilar el aire

B.G.R.
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La UBU desarrolla el proyecto nacional Vigilantes del aire, que consiste en colocar plantas de fresas cuyos hojas atraen la contaminación de metales. Está dirigido a colegios y se presentará en la Politécnica de la Milanera el 7 de noviembre

Fresas para vigilar el aire

La idea de la investigación científica siempre pasa por laboratorios con múltiples aparatos difíciles de explicar a primera vista y personal en bata blanca. Sin embargo, hay quien busca hacer partícipe de ese trabajo a todos los ciudadanos con iniciativas aparentemente sencillas en las que poder involucrarse y contribuir al desarrollo de proyectos que permitan avanzar a la sociedad. Es lo que han hecho la Fundación Española de Ciencia y Tecnología, perteneciente al Ministerio de Innovación, la plataforma Ibercivis y el Instituto Pirenaico de Ecología con la iniciativa nacional Vigilantes del Aire, que en Burgos desarrollará el grupo en aprendizaje de las ciencias (GIEC) de la UBU y su Oficina Verde.

El objetivo de la idea, que ya se ha realizado en Zaragoza, pasa por evaluar la contaminación de la ciudad a través de la colocación de plantas de fresas, que actuarán como estaciones de medida. La iniciativa está dirigida en principio a colegios o institutos, aunque también pueden participar colectivos o personas interesadas. Se presentará el 7 de noviembre a las 19 horas en el salón de actos de la Escuela Politécnica de la Milanera.

La elección de los centros (hasta un máximo de 10) se realizará por código postal para que las macetas estén distribuidas por toda la capital. A cada uno de los participantes se les enviarán dos bandejas con una treintena de plantas y tras su cuidado deberá adjuntarse en una ficha que después se enviará a la organización. En el documento se tienen que detallar aspectos como la fecha de la recogida de las hojas (dos o tres), su ubicación concreta o si están protegidas por algún elemento arquitectónico.

El primer objetivo del proyecto, según sus promotores, pasa por medir la calidad del aire de la ciudad y la elección de las fresas responde a que estas actúan como biosensores. Así, a través de técnicas magnéticas se puede identificar la cantidad de metales acumulados en las hojas. Más allá de esta pretensión, también se quiere que los escolares y la ciudadanía en general se conviertan en científicos.

Para favorecer ese proceso de aprendizaje, la organización facilitará las herramientas necesarias para analizar datos propios y del entorno, además de que los participantes recibirán después del experimento un informe con el análisis del aire en su zona. Se trata de una iniciativa que también se desarrollará en Barcelona Cambre (La Coruña), Vitoria y Granada.

En caso de que el número de colegios supere los diez fijados, se seleccionarán dos por distrito postal y orden de inscripción. En Burgos se prevén repartir unas 600 plantas de 5.000 entre las seis ciudades.