Kronospan arranca las obras del ramal ferroviario en Castañares que les (nos) unirá un poco más al norte de África y Latinoamérica. Nicolás Correa entra a participar en uno de los principales programas de la industria de defensa nacional, el de la construcción de las fragatas F-110. Hiperbaric culmina el prototipo de compresor que les coloca en la primera línea de la industria del hidrógeno. Telefónica pone cuatro años de plazo para extender la fibra óptica o el 5G en la provincia, lo que generará un sinfín de oportunidades de crecimiento y prosperidad. Y, para colmo de bienes, los bares y restaurantes recuperan la normalidad de la clientela perdida con la pandemia, un gigantesco sector devuelve la luz a las calles y el ánimo a los muchos que han sufrido sin poder disfrutar de un buen menú, una copa de vino o un baile de fin de semana. Todas estas novedades en una misma edición de este periódico, la del miércoles, y en clara contraposición al aire viciado con el que arranca el curso político este otoño, que se avecina intencionadamente cargante. La realidad de la empresa, que es la misma que la del ciudadano, la del trabajador, nunca exenta de dificultades y retos, se vuelve a imponer a los intereses de partido político, al espectáculo del tira y afloja de declaraciones que solo buscan citarnos de nuevo con las urnas para reposicionar en el poder a unos pocos. ¿Ustedes entienden qué ha cambiado de los abrazos de junio a las puñaladas de septiembre? Yo, sinceramente, no. Aún no hemos salido del todo del drama de la pandemia y ya comienzan las tortas públicas entre partidos y dentro de los propios partidos. Ellos apuestan por la ceremonia de la confusión; la vida real, la de la empresa, pone proyectos creíbles sobre la mesa desafiando a las crisis y a los políticos...