Los niños están de vuelta

I.P.
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Tras 43 días de confinamiento, los menores de 14 años alegraron las calles, parques, riberas de los ríos... con sus patinetes y bicicletas, pero hubo escaso cumplimiento de las normas fijadas para la salida

La ciudad cobró ayer vida con la multitudinaria presencia de los niños en calles y espacios públicos, acompañados de ambos padres o solo de uno de ellos. - Foto: Christian Castrillo

C omo suele decirse, una ciudad sin niños es como un jardín sin flores. Parece una frase manida, pero lo cierto es que las calles, los parques, y los instalaciones deportivas al aire libre echaban de menos a los chavales y ellos echaban de menos esos espacios donde juegan al balón, con el móvil, charlan con sus amigos, dan vueltas en bici o echan carreras con el patinete.

El confinamiento desde el 14 de marzo había convertido esos espacios es lugares sin vida, anodinos y desamparados. Si bien es cierto que los niños se adaptan a cualquier situación y han estado cómodos en casa, con sus deberes, juegos y demás entretenimientos, echaban de menos el aire en sus rostros y los paseos, nos decían ayer en ese primer día de semilibertad. La mayoría no dudó ayer en salir, y los que más ganas le echaron fueron los de entre 3 y 4 añitos hasta los 11 y 12.

Los padres también lo estaban deseando, tanto o más que los peques, así que tras desayunar, las familias al completo se lanzaron a la calle o decidieron que en ese primer día solo saliera el padre o la madre a acompañar al peque o los peques. Daba la impresión de que en vez de un 26 de abril era un 6 de enero, cuando los chavales salen a la calle a estrenar sus regalos de Reyes, las bicicletas, los patines, patinetes o balones, que eran los que más se venían ayer. 

Y en patinete nos encontramos a Pablo, de 11 años, bien protegido con mascarilla y guantes y a su padre, Eduardo, que aprovecharon el permiso de una hora para acercarse a casa de los abuelos a los que no veían desde el confinamiento. Padre e hijo estaban emocionados y ya habían mirado en una aplicación de móvil la distancia, ya que no se puede ir más allá de un kilómetro. La idea era darles una sorpresa llamando al timbre y saludarlos por la ventana. Imagino la emoción de todos con ese reencuentro, aunque los besos y abrazos haya que dejarlos para más adelante. 

También por la ribera del Vena, un lugar habitual de paseo, disfrutaba ayer Esther y Benedicto con sus tres hijas, las mellizas Claudia y Valeria de 8 años y Daniela de 4. Los cinco caminaban, incluso, guardando las distancias. Dos de las niñas se decidieron por la bici y la tercera por el patinete. Confiesan que tenían ganas de salir a la calle, pero lo que más sienten es no poder ir los fines de semana a ver a los abuelos a sus respectivos pueblos, Modúbar de la Emparedada y Arcos de la Llana. Ya están deseando que se levante el confinamiento total para poder ir y juntarse con todos sus primos, pero al mismo tiempo también ayer estaban felices porque toda la familia se iba a conectar por skype. Daniela, la más pequeña sufre por saber si el 12 de junio podrá celebrar su quinto cumpleaños con sus amiguitos. 

Unos metros más adelante nos encontramos a Juanma y sus dos hijas, las pequeñas Noelia de 5 años (que se había propuesto aprender ayer mismo a andar sin ruedines), y Lucía de 4. Además se pararon a coger mascarillas y guantes ante una mesa que había instalado en la orilla del parque del Vena, Vito, de la empresa Soluin. Lo repartía gratuitamente entre quienes paseaban por la zona y no llevaban, así como geles. 

María y Joana tienen 11 y 9 años y han salido con su madre, de nacionalidad búlgara, aunque las niñas han nacido aquí. Ellas solo han salido a pasear y disfrutar de la naturaleza, que ya tenían ganas. Tal es así que ni siquiera se cogieron d el móvil; era día de desconectar y solo disfrutar de la calle.

Quien si sacó el balón ayer fue Darío, de 10 años, a quien encontramos practicando tiros en el Parque Félix Rodríguez de la Fuente. Le tocó acompañarle a Mónica, su madre. Darío juega en el Intervistaalegre de defensa y aunque hace regates en el salón de casa -dice no haber roto nada, solo ha tirado un cuadro- no es lo mismo que jugar en la calle. Ayer estaba eufórico y dice que saldrá todos los días.

A Isabel la encontramos también paseando con Mara, que con algo más de 5 meses no puede disfrutar del paseo como los mayores, pero su madre dice que el bebé sí nota que está fuera del ambiente de casa, y está más alegre, se mueve más y le brillan los ojos de otra manera.

la policía nos suspende. Alguna lección habrá que aprender de este primer día, porque quedó patente que en muchas zonas, sobre todo en el centro, no se respetaron las normas. La Policía Local hacía referencia a ello en su twitter (ver foto) y su valoración fue suspenso general. Muchos ciudadanos también criticaron en redes sociales la salida de familias enteras y que no se guardó la distancia.