La comarca pasó en un santiamén del blanco nival que todo lo cubría durante el fin de semana, en un breve pero intenso adelanto del invierno, a un rapidísimo deshielo que embravecía por minutos los ríos de la cuenca alta del Ebro hasta convertirlos en auténticos destructores. La incesante lluvia que comenzó a caer el domingo y no paró en toda la jornada de ayer originó una nueva crecida histórica con inundaciones y problemas de movilidad que dejaron más de una docena de carreteras cortadas por los ríos Nela, Engaña y Jerea.
La fuerza con la que bajaban las aguas del Nela y el Engaña era un espectáculo a primera hora de la mañana en su confluencia entre Santelices y Pedrosa de Valdeporres. La fiereza del Engaña incluso acabó con el puente de San Martín de Porres que colapsó por completo a las cuatro y media de la tarde y comenzó a resquebrajarse cuatro horas antes, aunque no dejó incomunicados a sus vecinos, que podían acceder a Pedrosa por otra vía.
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