Homenaje en tinta para ojos que dan autonomía

S.F.L.
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Javier Peña, de Torrelavega pero con raíces onienses, perdió la visión hace 28 años. El segundo de sus perros-guías le ayudó a 'ver' la vida de otra manera y por ello le dedica su primer libro, 'Emociones de un Binomio', que presenta hoy en la villa

Homenaje en tinta para ojos que dan autonomía

Junto a Gaynor -un golden retriever- Francisco Javier Peña ha vivido una década cargada de emociones -la gran mayoría gratas- dentro de una etapa muy complicada en la que día a día la luz se fue apagando. Este perro, que cautivaba a la gente de cualquier lugar, fue el lazo de unión entre el mundo y la oscuridad en la que vive el cántabro desde que a los 42 años comenzó a perder la vista. No obstante, el ‘impedimento’ no sirvió para frenar el sueño de contar al mundo las experiencias a las que se enfrentó junto a su compañero de cuatro patas, su fiel amigo.

Aficionado a la escritura y a la lectura y tras la pérdida total de la visión, Peña mantiene la capacidad de emplear las nuevas tecnologías adaptadas para ciegos y abrió una ventana para dar salida a su vena literaria. Una prueba de ellos es Emociones de un Binomio, el primer libro del autor, que surgió hace 18 meses, poco después de que el can falleciera. En él se relata a través de varios capítulos la experiencia vital que supuso para Javier -así es como le gusta que le llamen- quedarse invidente, el duro aprendizaje posterior que tuvo que hacer para adaptarse a su nueva vida y la feliz relación que tuvo con su segundo perro-guía, de quien narra anécdotas que evidencian el amor que le tuvo.

Asimismo, el escritor inició la redacción del texto persiguiendo tres objetivos. Desde que fue perdiendo facultades visuales ha dejado a mucha gente en el camino, «si bien porque algunos se fueron apartando y yo me centré en otros asuntos», afirma. Confiesa que desde que publicó el trabajo en el mes de mayo ha recuperado amistades y recibe mensajes de muchas personas felicitándole. Otra de las metas que se ha marcado es que el ejemplar se incluya en la Biblioteca Digital de la ONCE para que todos sus compañeros discapacitados puedan tener acceso a la lectura. Así, el mes que viene estará disponible. Por último, divulgar la función que acometen estos perros es su mayor propósito. «Son nuestros ojos y gracias a ellos podemos llevar una vida autónoma», añade.

Homenaje en tinta para ojos que dan autonomíaHomenaje en tinta para ojos que dan autonomíaEl texto va desgranando el itinerario vital, desde los primeros paseos con Gaynor hasta la despedida una vez que el can, por su edad, dejó de poder cumplir su función. «Tanto mi familia como yo tuvimos la gran suerte de poder disfrutar de este animal hasta el fin de sus días. Tras su pérdida me sentí con la obligación de dedicarle un homenaje», confiesa Peña. Asimismo, la decisión de presentar hoy su obra en la Fundación Castresana de Oña tiene una explicación. «Mi madre era de allí y he pasado largas temporadas de mi niñez y juventud en el pueblo. Este acto también va para Mercedes Ruiz-Capillas, que amaba a esta localidad y a su gente», afirma el escritor.

A lo largo de las páginas, el lector se sumergirá en una historia real en la que abundan los momentos positivos de una vida vista a través de unos pequeños ojos. Pero no todo es de color de rosa. En alguna ocasión al invidente le han impedido acceder a algún local porque iba acompañado de un perro. En Galicia tuvo que poner una denuncia pero «gracias a Dios esto ha cambiado mucho de hace 28 años a hoy. No quiero divulgar en demasía esto, porque hay gente que viene de otros países a trabajar a España e igual desconocen la legislación. Lo que quiero dejar claro es que a un ciego no se le puede prohibir la entrada a ningún lugar si va con un can», expone.

 Agradece a la ONCE la oportunidad de que sus perros se conviertan en su ‘GPS’ y lamenta de que en estos tiempos se esté perdiendo la facultad de trabajar en equipo. «Juntos y no separados es como se consiguen las grandes gestas».