Agentes de la Comisaría Provincial de Burgos detuvieron el pasado 26 de agosto a un hombre de 23 años por tener varias requisitorias judiciales por diferentes juzgados del territorio nacional. Tras pedirle la documentación -en un control rutinario de identificación llevado a cabo de madrugada en una avenida del centro de la ciudad- se comprobó que contaba con nueve reclamaciones judiciales vigentes, siete de ellas de juzgados burgaleses por diferentes causas, como usurpación del estado civil, conducir sin permiso o licencia y varias estafas. Las otras dos requisitorias correspondían a un Juzgado de Palencia y otro de Vizcaya por sendos delitos de estafa.

Una vez detenido, y ya en dependencias policiales, se le intervino un teléfono móvil de alta gama que tenía entre sus pertenencias y que figuraba denunciado en una Comisaría de la Policía Nacional de Valencia. La denuncia la había presentado el propietario de un comercio dedicado a la venta de terminales móviles de esa ciudad, donde el detenido habría realizado la compra del teléfono, valorado en 1.100 euros. Acordó pagar el importe mediante una transferencia bancaria que no llegó a realizar, por lo que el perjudicado y dueño del establecimiento denunció el hecho.

A pesar de su juventud, en estos dos últimos años el detenido cuenta con una larga lista de arrestos por parte de la Policía Nacional en Burgos, así como por otros cuerpos de seguridad en distintas localidades y comunidades del territorio nacional. En la mayoría de los casos ha sido imputado como presunto autor de delitos de estafa, contra la Seguridad Vial y contra la Seguridad del Tráfico, así como usurpación del Estado Civil.