"Burgos necesitaría una reconversión industrial"

H. JIMÉNEZ
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Su currículum impresiona. Esta burgalesa, reputada economista, lleva media vida trabajando fuera de España y ha pasado por el Banco Santander, el BBVA, el Banco Central Europeo, el Banco Central de Japón, el Banco de España y el FMI

Alicia García Herrero, economista burgalesa - Foto: Bright Hong Kong

Actualmente reside a caballo entre Hong Kong y Taiwán, trabaja para un pequeño pero prestigioso banco de inversiones francés y, pese a semejante bagaje profesional, Alicia García Herrero no olvida sus orígenes. Presume de haber iniciado su camino en la Facultad de Empresariales de la Universidad de Burgos y lleva en la foto de perfil de su Whatsapp la catedral de su ciudad. Llevaba años participado en otros organismos de ‘think tank’ (laboratorio de ideas), como el Real Instituto Elcano o el Bruegel, que aconseja a los mandatarios de Bruselas, y desde hace unos meses además forma parte del ‘comité de sabios’ que asesora a la ministra de Economía, Nadia Calviño, a la que ella llama simplemente "Nadia", demostrando un alto grado de confianza.

¿En qué consiste su papel en ese consejo asesor?

Es un puesto bastante honorífico, una vez cada tres meses hacemos reuniones con la ministra y damos opiniones cada uno sobre lo suyo. Yo hablo de Asia, pero no es un trabajo tal cual sino una asesoría.

¿Cómo valora la política económica del Gobierno español?

No tengo una opinión clara al respecto. El plan que ha diseñado Nadia es lógico, porque la digitalización que está en el centro del plan es muy importante para España porque realmente tenemos un atraso y con la covid hemos entendido que esto es súper importante. Después hay una serie de sectores clave como la parte de reducción de emisiones. Pero me habría gustado ver más empuje por cambiar el modelo productivo. Lo hay, pero digamos que de manera más clara o más tajante, porque sin eso va a ser muy difícil. Hay que reestructurar sectores, acuérdese de lo que pasó cuando España entró en la Unión Europea por ejemplo con las minas. Cuando he hablado sobre los problemas del turismo la gente cree que planteo cargarse el turismo, y no. Es que hay que crear otros sectores donde aumente el peso de la producción, del sector industrial porque es el que genera mayor valor añadido. El turismo no está mal, pero no puede ser solo eso. No puedes pagar sueldos altos siendo un país genuinamente turístico. Esto la gente no lo entiende, pero es así debido a su bajo valor añadido.

¿Esto ocurre en todos los países turísticos?

En todos, absolutamente. Un camarero es igual de productivo en París que en España y allí ganará más porque la renta media es más alta pero no empuja al alza. Habrá quien invierta más en tecnología y pueda sustituir trabajos por robots, pero eso no es justamente a donde queremos ir, porque en España el sector turístico crea empleo. Pero es poco productivo. Y no tiene la culpa el que está ahí, a veces son personas con títulos y capacidades superiores. Por eso no me parece bien que quien sepa ensamblar un avión acabe trabajando de camarero. Me han llegado a decir: "Entonces produzcamos más camareros en vez de más ingenieros". Y ahí pienso: "De acuerdo, pero entonces nuestra renta será de 15.000 euros o de 10.000, como en Turquía". Así que prepárense.

Es un año marcado por la pandemia y las medidas de los distintos países para combatirla. ¿Hay diferencias de resultados entre los países que han aplicado restricciones más duras y los que no?

Sí, el impacto económico de las restricciones es enorme porque la restricción de la movilidad tiene un efecto inmediato, pero es no quiere decir que no tuviéramos que hacer lo que hicimos. Los que han evitado las restricciones fuertes, como Taiwan, Corea o Japón, pudieron hacerlo así porque tenían el ‘tracing’. El rastreo y control a través de apps, con consentimiento del usuario o sin él dependiendo de los países, pero que ha demostrado que funciona porque eso reduce la expansión de la pandemia. Ellos habían vivido el anterior episodio del SARS y sabían lo que era esto. Son economías muy conscientes del problema que les podía llegar y eso nosotros no lo teníamos. El efecto sorpresa obligó al confinamiento porque no entendíamos lo que podía pasar. Esta segunda ola, el impacto económico ha sido mucho menor porque ya sabemos lo que es esto y estábamos más preparados. Y en Asia, aunque nunca llegaron a confinarse con el SARS, ya lo habían entendido antes.

¿Y cómo es posible que en todo occidente, incluyendo Europa y Estados Unidos, cometiéramos el mismo error?

Yo tampoco lo entiendo. Fui a Burgos a ver a mi madre cuando cerraron los colegios en Hong Kong al principio de la primera ola, en febrero. Pensé que tendría que hacer cuarentena al viajar desde aquí, me parecía lo normal. Nada. Antes estuve en Polonia y en París, y tampoco. Un país tan polarizado como el nuestro no se puede permitir no estar todos a una cuando las cosas van mal. Yo estoy impresionada y casi descorazonada de la falta de entendimiento en los momentos difíciles. Y así estaba toda Europa. Pero hasta en Asia, los países que no habían vivido el SARS tampoco lo entendieron.

En el debate entre salud y economía, ¿cuál diría que depende más del otro?

No se pueden separar ambas cosas. Si tienes un problema de salud y no lo atajas el problema económico será mayor. Esto ha pillado por sorpresa a muchos países, y una vez que relajas las medidas de restricción vuelven las olas, en Hong Kong ya tenemos la cuarta, en un sitio donde la gente es súper cuidadosa. Es la naturaleza humana. Pero las medidas tomadas durante el estado de alarma quizás tendrían que haberse mantenido. Por ejemplo, duras multas por ir sin mascarilla, y ejercerlas. Obligar más a la contención en lugar de hacer zigzags con los confinamientos. Y en Europa sigue siendo muy difícil el rastreo, las apps no funcionan porque van por autonomías… tendría que haber sido un sistema europeo, porque con el Sistema Schengen cualquier puede viajar. Quizás tendría que haberse levantado la ley de protección de datos para algunas cosas específicas de la covid.

Pero eso entra en conflicto con derechos fundamentales.

No sé, si la gente no lo quiere entender ya no sé qué decir. ¿Dejamos que las economías se vayan al garete porque uno no puede dar los datos de dónde están? Los derechos cívicos están muy bien, pero hay que ponerles en el contexto de la situación. Hay que tener una visión global de tomar medidas temporales para cosas muy específicas.

Hay quien precisamente contempla todo esto como una confabulación mundial para quitarnos derechos…

Yo no lo creo, porque ese es derecho más obvio que nos podían haber quitado, la privacidad en un caso de covid y la información de dónde estás y dónde has estado. Pero no nos lo quitaron, y yo personalmente creo que deberían haberlo hecho, porque el coste económico es demasiado alto. Después también hay un problema de cooperación internacional porque la información en temas de vacunas, conflictos políticos, la búsqueda del paciente cero… Pues claro, hay competencia. Es un tema complejo. Y claro, solo nos queda la opción de que cuando aumentan los casos, todos a casa. Pero esa es una opción costosísima. En cualquier caso, no hay ningún país del que podamos decir: qué bien lo está haciendo, qué pasada. Aunque para mí Europa debería haberse elevado, tener más altura. Pensar: "Estamos orgullosos de nuestra protección de datos, pero si queremos tener Schengen abierto hay que tomar medidas". Esa es la debilidad de Europa. Estamos atados de pies y manos con un entramado legal muy complejo, que da mucha protección a las minorías en las votaciones, que exige unanimidades, que iguala, pero cuando las cosas están mal alguien tiene que tomar la iniciativa.

¿Somos en ese sentido la potencia más débil del mundo, y la más lenta?

Para mí sí. Pero por decirlo todo, tenemos algunas ventajas. La población es más libre, incluso más que en Estados Unidos, es menos violenta. El continente es a la vez utópico y distópico. Es un modelo que está muy bien si lo aplica el mundo entero, pero no se puede mantener ese modelo si otros no lo asumen porque te quedas atrás. Hemos creado la ley del mínimo común denominador, y si tú estás en ese mínimo, si eres una persona con medios escasos, Europa es perfecta respecto a lo que hay por ahí, aunque la gente no lo vea. Pero si quieres ir más allá de eso surgen los problemas y es muy difícil empujar Europa a crecer más o a ser más innovadora porque no hay incentivos. En Estados Unidos, si creas algo esa riqueza es tuya, es para ti. En Europa no. Y encima la cantidad de trabas y dificultades, pues…

¿Es el continente perfecto para la clase media?

Sí, pero esa clase media se empobrece respecto al resto del mundo, porque si otros dan más, son más dinámicos, trabajan más y están dispuestos a hacer más y al mismo tiempo a soportar más desigualdad social… Mire, eso es algo muy bonito de Europa, aunque creamos que en España hay desigualdad, pero respecto al resto del mundo no tiene nada que ver. Ni con América Latina, ni con Estados Unidos ni con Asia, a excepción de Japón y en menor medida Corea. China es súper desigual, y es un país comunista. Así que los valores europeos están muy bien, yo los admiro, pero reconozco que, viendo el mundo, son difícilmente sostenibles y su coste es el estancamiento económico. Llegará un momento en el que tú lo puedes soportar pero tus hijos no, porque sus sueldos serán en términos relativos menores que los de sus padres. Esto ya ocurre.

¿En qué somos buenos los españoles que pueda sustituir al sol y playa?

En muchísimas cosas. Tenemos un capital humano bien bueno. Yo siempre me he quedado alucinada, trabajando fuera, de lo trabajadores que son los españoles, de lo bien que se relacionan, de su inteligencia emocional. En eso soy híper optimista. En un mundo dominado por lo artificial, por los robots, esa inteligencia emocional es lo que más diferencia a un ser humano de la máquina que te puede sustituir, y en eso tenemos una enorme ventaja comparativa. Pero para que eso se ponga en valor necesitas un país con unas instituciones sólidas, una buena educación. La base está ahí y tenemos buena preparación, aunque ahora estamos empeorando en esto mucho creo que mi generación y la gente un poco más joven tiene muy buenos ingenieros, gente que ha hecho carreras… Sí que servimos, pero no tenemos los mimbres para que eso que sabemos hacer lo pongamos en valor. No puede ser que la gente preparada no tenga empleos acordes a su preparación porque eso es tirar la educación por la borda. Y ese es el problema de un modelo económico que perjudica el modelo industrial por el sistema impositivo. Esto no gusta oírlo, pero es así: en una empresa aeronáutica el dinero negro es mucho más difícil de gestionar que en el turismo. ¿O no es verdad? Nosotros tenemos muchas empresas muy pequeñas, mucho sector gris, porque nuestro sistema impositivo es demasiado elevado. Ya sé que en Alemania o en Francia los tienen incluso superiores, pero es que tampoco son un ejemplo. Aparte que ya tienen un sector industrial mayor que el nuestro, pero si tú lo quieres crear no puedes tratar a la inversión extranjera con un sistema impositivo que para nada puede competir con la Europa del este o con Portugal. Por no hablar de un gasto público enorme y un entramado de gobiernos locales que nadie sabe ya quién es responsable de qué, porque quien viene a España a invertir no sabe con quién tiene que hablar. Son problemas que nosotros mismos hemos creado y debemos reflexionar sobre lo que nos interesa. Nuestros hijos. Dejar un legado de un país innovador, productivo, moderno. Los derechos sociales son solo el principio, porque la gente tiene que mantener un nivel de vida, el mundo no acaba ahí. Hemos empezado la casa por el tejado. Lo que hemos hecho está muy bien, pero si no somos competitivos no podremos mantener todo eso y dependeremos de los demás. Y llegará un momento en el que no podamos decidir sobre nuestro futuro, en cierto modo.

En el caso de Burgos, una ciudad especialmente industrializada, ¿eso ayudará a soportar una situación como la actual o acaba creando dependencias de mercados exteriores que pueden ser peligrosas?

Sin duda te ayuda. Desde la crisis anterior, Burgos ha crecido más que la media y mira que tiene una población súper envejecida y que su situación geográfica tampoco es para tirar cohetes debido al aislamiento de infraestructuras. No tiene las cosas a su favor, pero yo digo siempre que por ejemplo tiene una aduana, lo cual quiere decir que desde aquí se exporta y eso es posible porque hay industria. Si Burgos solo viviera del turismo, ¿qué habría ocurrido? Sería de muerte. Por eso insisto es muy importante elevarnos, no para excluir al que no quiera hacerlo, sino para que haya opciones para todos. No puedes ofrecer siempre a la baja, sin desmerecer al que opte por eso, pero no es posible el típico "café para todos", y yo me niego a aceptar esto por muchos comentarios que me hagan llamándome clasista. Mis padres son bien humildes, normales, y como yo hay mucha gente en España a la que nos dieron una educación razonable. Pero eso hay que mantenerlo, y para ello el que vale tiene que tener una recompensa. Cuando esto se lee como un individualismo… ¡si esto ayuda a los demás, porque da ejemplos a seguir!

¿Necesitaría también alguna reconversión la industria burgalesa?

Sí, porque es demasiado dependiente del sector automovilístico, con el que encima Europa ha hecho una apuesta complicada al hidrógeno. Sabemos que en vehículos eléctricos se está quedando atrás, pero no sabemos quién va a ganar esta batalla. China empuja los vehículos eléctricos e imagínese la reconversión que va a ser necesaria en la automoción europea si no nos espabilamos y eso para Burgos sería súper dañino. Por eso la ciudad debería buscar otros sectores, yo creo que también industriales, porque quien tiene una patente de un motor de combustión sabe hacer otras cosas y hay que mantener la ventaja competitiva pero moviéndote. Así lo hacen los grupos industriales, buscando sectores asociados y encontrando otras especializaciones.