A principios del mes de abril, la Policía Local hizo balance de los atropellos que se habían registrado en la capital durante el primer trimestre, la mayoría sin heridos graves y ocurridos en pasos de cebra, aunque mencionaba que existían siniestros en los que un vehículo había arrollado a un viandante fuera de los cruces peatonales y reconocía que aún había mucho trabajo por hacer. Cinco meses después, el Cuerpo Municipal ha contabilizado en lo que va de año 78 accidentes de este tipo, lo que supone un descenso del 12% con respecto a septiembre de 2018, cuando se contabilizaron 89. Si uno mira la memoria de los últimos ejercicios, comprueba que las cifras apenas varían y que mantienen una media de 10 atropellos al mes.
Aunque en los datos aportados por la Policía Local no se discrimina entre los lugares donde se han producido los atropellos, la asociación Andando Burgos cifra en un 60% los que se producen en los pasos de peatones, lo que desmonta las quejas de algunos conductores que inciden en que este tipo de accidentes se producen porque los viandantes no cruzan las calles por donde deben. Para este colectivo, las cifras son «intolerables e insufribles». Su presidente, Félix Martínez, sostiene que las cifras, que son muy «similares» a las de años anteriores, demuestran que aún hay mucho por hacer para resolver este problema.
El colectivo reclama una serie de medidas para reducir los atropellos que se sustentan sobre dos pilares fundamentales: la reducción de la velocidad y la mejora de la visibilidad del peatón al coche y viceversa, así como la nocturna. Piden que los pasos de cebra estén correctamente iluminados y recalcan que no es necesario «utilizar tecnología punta», sino que bastaría con unas luminarias para advertir al conductor de que debe reducir la marcha.
También ven necesario elevar estos cruces a la altura de la acera, eliminar la posibilidad de estacionar justo al lado (excepto bicicletas) y eliminar elementos voluminosos como los contenedores de basura. En cuanto al calmado de tráfico, proponen la reducción a 30 kilómetros por hora en determinados tipos de vía o técnicas que obliguen a los vehículos a reducir la velocidad, como los estrechamientos de carriles, las trayectorias en zig zag, cojines berlineses y pasos elevados.
Además, Martínez enumera una serie de actuaciones necesarias en los semáforos. La más urgente, a su juicio, es la eliminación del ámbar para los vehículos en las fases verdes para los peatones. Recuerda, de hecho, que en este tipo de cruces se han producido bastantes atropellos, sobre todo en aquellos donde hay un giro. El incremento del tiempo de paso para los viandantes en algunos reguladores y el ajuste de algunos pulsadores, completan sus demandas en este sentido.
Andando Burgos lleva años poniendo sobre la mesa todas estas reivindicaciones. «Se tienen que tomar en serio estas cuestiones de seguridad vial y es necesaria la implicación de todos, desde Policía Local hasta los educadores, porque los datos muestran que tenemos un problema», subraya Félix Martínez. Las medidas solicitadas y las preocupaciones son similares a las manifestadas en más de una ocasión por Burgos con Bici, colectivo al que también le unen unas cifras que invitan a la reflexión. En siete de cada diez accidentes de ciclistas estuvo implicado un coche.