Tras años de negociaciones y trabajos, la Interprofesional de la Patata de Castilla y León vio la luz el verano pasado con el objetivo de unir al sector y protegerlo ante la competencia de otras comunidades y de otros países europeos. Yolanda Medina, al frente de esta organización desde antes de su constitución oficial, valora este año de «intensos» trabajos con las complicaciones que ha supuesto la pandemia y en el que espera una «excelente» producción en la Comunidad.
¿Cuál es la situación actual del sector en la Comunidad?
Tenemos un cultivo con una calidad muy buena, con muchísima sanidad y hasta la fecha con muy buenos visos de tener un producto excelente.
Pese a estas buenas perspectivas se ha producido una reducción de la superficie en Castilla y León…
La superficie se disminuyó y se hizo con cabeza. Cuando teníamos que planificar la campaña de siembra en el mes de noviembre o diciembre, estábamos casi encerrados, con unos números de pandemia y de contagios altos y con mucho miedo por la situación, eso conllevaba que teníamos que decidir en Castilla y León cuánta superficie sembrar. Como ya habíamos sufrido la campaña anterior las consecuencias del cierre del canal Horeca, planteamos al sector operador y al productor una estrategia de siembra. Uno de los pilares era la reducción de superficie por no tener asegurado cuándo será el arranque. Al final es una previsión de seis meses antes y con los números que había el sector optó por la prudencia y esto ha llevado a una reducción de casi el 5% de las 17.500 hectáreas que hay. Y también hay que pensar que el rendimiento por hectárea influye.
Si se mira lo que está ocurriendo en otras comunidades, ¿parece que se optó de forma correcta al apostar por esta estrategia?
Lo que estamos oyendo de otras comunidades es que van con unos niveles de arranque muy buenos en Andalucía. En cambio en Murcia, se dio un primer paso en mayo con arranques con buena calidad y rendimiento, pero acontecieron las lluvias que ha producido que la patata no se pueda sacar del terreno. Por lo que conviven dos comunidades con situaciones muy diferentes. En cambio, Castilla y León se caracteriza porque el producto que tenemos es muy uniforme, de muy buena calidad y mucha sanidad.
En pocos días se cumple un año del reconocimiento de la Interprofesional por parte de la Junta, ¿cómo valora este tiempo de trabajo?
En julio del año pasado se elevó el reconocimiento de la Interprofesional con muchas líneas de trabajo con el paso de los meses y mucho trabajo desarrollado. Uno de los primeros aspectos en los que ha incidido es en que se autorizara el reconocimiento mutuo de un tratamiento antigerminante que existe en toda Europa. España es el único que no lo tenía aceptado. Toda esa labor de documentación, de recabar información al respecto, ensayos realizados ha sido llevado a cabo por la Interprofesional y estamos en vísperas de tener noticias positivas de este producto. Espero que en nada podamos anunciar que la Interprofesional de Castilla y León lo ha conseguido para toda España. Y esto es muy importante porque Castilla y León es una de las comunidades que más patata conserva.
También se trabaja en una marca de calidad que permitiría al sector proteger el producto...
Hemos estado haciendo diferentes trabajos para el desarrollo del reglamento de una marca de calidad y estamos a falta de pulirlo. Nos falta muy poquito para alcanzar esta marca, aunque es verdad que estamos en fechas previas al arranque y seguro que eso nos va a ser complicado tenerla ya en breve, pero si que queremos poder trabajar con ella en esta campaña.
Las patatas de Castilla y León se desarrollan con calor y eso hace que tenga unas características únicas, que también cuando se conservan a lo largo de los meses, se comprueba que mantienen las características culinarias y organolépticas. Se pretende proteger las patatas y un sistema de cómo se produce con toda la reglamentación que hay tan dura y tan fuerte frente a la de otras procedencias, que sobre todo que pueda ser reconocida por el consumidor.
¿Se ha producido un acercamiento con todos los eslabones del sector?
Uno de los ejes fundamentales que vemos necesario es ponernos a disposición de todos los puntos de venta donde se vende la patata de Castilla y León. Y en este caso uno de los puntos importantes es la distribución, que se ha prestado a tener reuniones con nosotros y mantenerlas en el tiempo.
Tras años de negociaciones para sacar adelante la Interprofesional, ¿parece que ahora se ha impuesto el consenso?
Yo creo que al final cuando las cosas se quieren hacer bien llevan su tiempo. Hasta ahora las interprofesionales de cualquier índole han sido llevadas a cabo por reconocimiento mutuo de las partes, en cambio la de Castilla y león es en la que se ha preguntado a agricultor por agricultor y eso ha sido un poco complicado. El profesional puede saber en qué consiste o no, porque podía pensar que era para marcar los precios y después han visto que la realidad no era así. Si que es verdad que la interprofesional, como se ha demostrado hasta ahora, puede hacer muchas labores y acciones que individualmente no se pueden llevar a cabo. Y además cada vez vamos más en esa línea. Yo quiero recalcar que si se consiguiera el reconocimiento del producto nos puede dar paso a otro tipo de tratamientos fitosanitarios que nos permiten competir de cara a otras comunidades.