La llegada de turistas y deportistas a Lences de Bureba en los últimos años ha animado a que la junta vecinal apueste por incrementar la oferta de ocio con la transformación de un terreno junto al río Castil en un merendero y zona de descanso. El espacio elegido, ubicado en plena naturaleza a escasos metros del casco histórico, estará dotado del mobiliario necesario como mesas, sillas y asadores para el disfrute de los usuarios. El ‘apretado’ presupuesto municipal no impide que para llevar a cabo el plan se requieran contratar unas obras para acondicionar el entorno y se retire la tierra y la vegetación que sobra.
El proyecto de convertir el rincón en un área recreativa surgió el pasado año, cuando dos empleados municipales unieron ambas márgenes del río -que se une al Homino en la misma localidad- al construir un puente de madera. La limpieza de las orillas en el tramo cercano al pueblo dejó al descubierto parte de los molinos que hace décadas se utilizaban para moler harina. «Resulta muy agradable escuchar caer el agua y estar rodeado de naturaleza mientras uno come, merienda o simplemente se relaja. El incremento de visitantes ha crecido considerablemente en los últimos tiempo, sobre todo gracias al interés suscitado por la Vía-Verde, que pasa por al lado. Con este proyecto tratamos de que Lences sea, al igual que Poza o Castil, un reclamo turístico más del territorio», manifiesta el concejal José Ignacio Moral.
Asimismo, si Lences se ha hecho un hueco entre los mejores destinos para refrescarse y disfrutar del agua de la Bureba es gracias a la zona de baño a orillas del río Homino y su pequeña presa, que en un principio se instaló para suministrar agua a las bombas contra incendios. En época estival, cantidad de vecinos de localidades cercanas y de turistas se acercan hasta la entidad local para combatir las sofocantes temperaturas con un chapuzón. El equipo de gobierno dedicará parte de la cuantía del capítulo de inversiones en mejorar el entorno al instalar más mobiliario y plantar cerca de 40 árboles en la campa. «Nos encanta recibir gente durante todo el año pero, en ocasiones, nos topamos con individuos un tanto incívicos que generan basura y no son capaces de recogerla. Tenemos contenedores bien cerca para evitar que la zona acabe destrozada», expone el edil.
Firme y agua. Otro de los objetivos que el Ayuntamiento de Lences se ha marcado para llevar a cabo en cuatro o cinco anualidades consiste en finalizar con la pavimentación de todas las calles del pueblo. Para el ejercicio de 2021 han presupuestado la rehabilitación de solo una, cuyo coste asciende a 40.000 euros aproximadamente. «El precio final no es seguro porque dudamos si la vamos a asfaltar o adoquinar, ya que por dicha vía no circulan vehículos pesados», declara Moral, que recuerda que dichas actuaciones son capaces de ejecutarlas porque «recibimos apoyo económico de las administraciones públicas, sino resultaría imposible».
Tras los estudios realizados sobre el estado general del firme del pueblo, el equipo de gobierno calcula que sustituirle por completo llevará un coste superior a 100.000 euros, sin incluir el cambio de las tuberías del agua, que presentan algunas deficiencias en varios puntos.
También urge la rehabilitación de parte de la cubierta del edificio consistorial, que se construyó hace nueve años, y la limpieza de parte de la iglesia de Santa Eugenia, que luce con un pórtico y el tejado nuevo.