El paradero de Luis Miguel Rodrigo sigue siendo una incógnita, pero a medida que avanzan los días se van conociendo detalles que pueden arrojar algo de luz a su misteriosa, y parece que voluntaria, desaparición. Varios testigos vieron cómo este vecino de Tardajos de 64 años llegó el pasado lunes en su Nissan Xtrail a su trabajo, una carnicería ubicada en el barrio de San Pedro de la Fuente, y, tras pedirles que le guardaran un aparcamiento libre frente a su negocio, se fue y no volvió más hasta que sus familiares dieron la voz de alarma a las autoridades. Según ha podido saber este periódico, ese día iba a ser desahuciado tras varios impagos en el alquiler del local que tenía arrendado para explotar su negocio. 
Al parecer, Luis Miguel hacía ya varios años que no pagaba las cuotas del alquiler de la carnicería que se encuentra en la calle Villalón. Eso derivó en un contencioso en el que el juez acordó su desahucio. Hace unas dos semanas, la comisión acudió para notificarle que debía marcharse y vaciar el inmueble y él contestó que era consciente. No obstante, y en vista de que la carnicería seguía funcionando con total normalidad y que en ese momento incluso tenía clientes, decidieron posponerlo unos días. En concreto, hasta el día 20, última vez que amigos, allegados y familiares supieron de él. 
Tal y como acordaron, la comisión judicial acudió a la carnicería unas horas después de que algunos vecinos del barrio le vieran llegar con su coche, aunque nunca llegó a entrar. Efectivamente, había abandonado el local, dando cumplimiento a la sentencia del magistrado.  

Luis Miguel Rodrigo reside desde hace años en una vivienda unifamiliar de la calle Calzada de Tardajos. En su casa se ha reunido su mujer y otros familiares a lo largo de estos días a la espera de noticias.

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