No ha tenido tiempo de aburrirse durante el confinamiento porque desde su residencia en Punta Cana, en la República Dominicana, Diego Ramón Jiménez ha estado poniéndole la voz a su nuevo disco. Cigala canta a México acaba de publicarse aunque no lo presentará hasta que los aforos vuelvan a ser los habituales y pueda cantarlo rodeado de los mariachis y los músicos que participan en el disco.
Pese a la felicidad que desprende interpretando rancheras y boleros como Bésame mucho, Somos novios, La media vuelta o Se me olvidó otra vez, en esos temas está también el desgarro flamenco y el quejío que Diego El Cigala pone a todo lo que interpreta. «El disco se grabó en México quince días antes de la pandemia y luego en el confinamiento le he puesto la voz encerrado en mi estudio. Ha habido de todo y se notan las emociones. Nada más escucharlo se nota», señala el músico que también reconoce haber pasado por todos los estados de ánimo: «He tenido días que me despertaba llorando por lo que pasaba y días maravillosos con mi familia. Allí la covid-19 no ha pegado tan fuerte, pero vivíamos la tragedia que ocurría en España y era una locura. Ahora tengo miedo por los rebrotes», repasa.
Desde Punta Cana seguía la evolución de la pandemia y no las tenía todas consigo: «Pensaba que ya no cantaba este año. De hecho tenía programado grabar y ponerme a hacer otras cosas. Pero es que también me moría de muchas ganas de cantar. Después de cuatro meses para un ave fénix como yo necesitaba volver a los escenarios, salir, ver al público... Es emocionante recuperarlo. Creo que se nos nota a todos las ganas de vivir», añade poniéndole también un poco de guasa a la necesidad de llevar mascarillas: «Es difícil decir ‘olé’ y que te entiendan; menos mal que no las llevamos en los conciertos».
Diego El Cigala llega a Burgos dentro del ciclo Viva la Vida que organiza Planeta Sonoro y el Instituto Municipal de Cultura. No podrá estar mañana en Aranda por «problemas de logística», que desde su agencia de comunicación explican por «un viaje que no estaba programado y que le impide llegar a la hora a Aranda». En el Palacio de la Isla actúa con las entradas agotadas en un concierto «íntimo» de voz y piano junto a Jaime Calabuch (21 h.).
«Repasaremos un poco cada disco. Habrá algo de Roberto Carlos, Francisco Céspedes, Rocío Jurado, Camarón... boleros de toda la vida, Mercedes Sosa, de Lágrimas... Del disco de México igual cantamos algo, pero prefiero reservarlo. Es un trabajo especial con el que me he sentido muy a gusto y natural. Son temas increíbles de José Alfredo, Chavela Vargas, La Lupe, Solís... que con mi voz suenan diferente. Es que el flamenco se adapta muy bien porque tiene mucha hondura, sentimiento, profundidad, es meloso, espontáneo...».