El Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Burgos ha devuelto la libertad a prácticamente la mitad de los ejemplares que ingresaron en sus instalaciones que la Junta de Castilla y León tiene en Albillos vivos el año pasado: 306 de 638.

El resto o bien tuvieron que ser sacrificados (204) o fallecieron durante el tratamiento debido a la gravedad de las lesiones que presentaban. En la actualidad, solo 7 animales permanecen en fase de cuidados, bien porque se recuperan de las heridas con las que fueron depositados en el CRAS, bien porque se les ha clasificado como irrecuperables.

Las aves acaparan el 72% de los ingresos (1.574), seguidas a mucha distancia por los mamíferos (27%).  También hubo 14 casos de anfibios, reptiles y peces.

La mayoría de las 2.188 entradas registradas a lo largo del año pasado se correspondieron, no obstante, con ejemplares ya sin vida. La cifra se ha incrementado un 43%, de las 839 de 2019 a las 1.197 del ejercicio pasado. Por contra, han descendido los animales que proceden de campañas de control poblacional, de 427 a 353, con especial mención al visón americano.

El CRAS de Albillos depende de la Fundación Patrimonio Natural de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Aunque la mayoría del trabajo se centra en la fauna silvestre de Burgos (1.497), también recibe animales de otras provincias como Soria (27%), Palencia (17%) y en menor proporción León (0,6%).

Contra molinos y coches. Los principales ‘enemigos’ de la fauna silvestre son los aerogeneradores y los vehículos, que originan un 19% y un 10%, respectivamente, de los traumatismos que presentan las especies atendidas. Junio es el periodo de mayor trabajo, por ser la época de nacimiento de crías y pollos y también porque en ese mes se recibió un elevado número de cadáveres procedentes de Soria.