Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Pelao...

28/06/2021

Yo tuerto. Ya saben. Pero tú ciego. Esta vez sí. Lo siento. Me autocito. Plagiarse uno mismo está mal. Lo sé. Incluso se ve castigado según y cómo. Pero sobre todo es mierda segura. La misma droga que esnifa el señor Sánchez, don Pedro. También lo llaman alabanza propia. Otra cosa es que ustedes, hoy, me permitan un tirito. Al fin y al cabo se trata de fútbol. Y de nuestra ciudad. Y plena Eurocopa. Y fiestas también de San Pablo. Y así me atreva a recordarles que entonces ya lo advertí. En este mismo espacio. El primer día del junio de dos mil diecinueve. También sábado. El señor Caselli, don Antonio, y los ocho empresarios burgaleses del consejo de administración del club. El Pelao que compraba, como dicen en Argentina de quien recién se rasura la cabeza. Y el club con poco pelo que también se vendía. Cerca de tres millones de euros y un portazo en las narices tuvieron la culpa. El Pelao que ponía la guita. Los otrora inversores que cerraban el trato. Y la satisfacción, quien sabe si personal, de despreciar públicamente la oferta económica y deportiva del señor Sancho, don Félix. El empresario de la tierra que ha conseguido en este entre tanto dos Basketball Champions League, y casi ascender al Algeciras. El comunicado del equipo, además, no escatimó en elogios. El señor Caselli, don Antonio, era presentado casi como un tocado de Maradona. Había descubierto y formado importantes y talentosos futbolistas. Incluido Pisculichi. El señor Caselli. Sí. El pelao y familia. El mismo que, veinticuatro meses después, también según los otros mismos, merece seis años de cárcel por estafa y administración desleal. Y es que los de nuevo compradores lo han reconocido. El club sigue pelao. La deuda puede acercarse a los seis millones de euros. Han dicho en rueda de prensa. El césped no reúne condiciones. Ni la iluminación. Y hay que elegir entre acortar las gradas o la cancha. Así que la burra vuelve al trigo. Que pague el ayuntamiento. Recurrente solución. Parece un remake de otros ascensos frustrados. Son cosas de viejo. Pero me preocupa. Cuarenta años ya. Sentado en la fila diecisiete de Tribuna. Por eso lo tengo como Caselli. Y por no haber nacido en Algeciras. Hablo de mi culo, claro. Pelao...