Arden dos casas okupadas de una urbanización en Cardeñadijo

A.S.R.
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Los Bomberos sofocan el fuego que se desató a primera hora de la mañana en la extinta cooperativa Solidel y sin que sus moradores estuvieran en su interior

El incendio afectó a la cubierta y al piso superior de las dos viviendas e incluso llegó al inferior. - Foto: Christian Castrillo

El despertar de los vecinos de Cardeñadijo no ha sido de domingo. Antes de las nueve de la mañana, han empezado a sonar las sirenas de los Bomberos de Burgos. Alguien había dado la voz de alarma. Había una vivienda en llamas. Ardían dos casas okupadas de la urbanización abandonada de la extinta cooperativa Solidel, aunque en el momento del siniestro ninguna de las dos personas que viven allí se encontraban en el interior.

El fuego ha destruido por completo el tejado de los números 25 y 27 de la calle Marceliano Santa María. La estructura sándwich de la cubierta, con aglomerado, poliespán y madera, ha hecho que el incendio se propagara por el piso superior de ambos chalés, sin tabique de separación, y también que llegara al inferior, donde se hacinaban enseres de distinta naturaleza, según especifica la alcaldesa de la localidad, María Daniela Grijalvo, que se acercó nada más recibir la llamada de la Guardia Civil.

En el lugar del suceso se ha quedado durante toda la mañana, aunque reconoce que la rápida intervención de los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios capitalino, que ha controlado pronto los focos, ha hecho que en ningún momento temiera por que se extendiera a inmuebles vecinos ni a parcelas colindantes, en las que, además, la vegetación ha crecido de forma salvaje y podía acelerar su propagación. «Los Bomberos han llegado inmediatamente y han empezado a soltar agua por lo que se ha controlado rápido y no ha habido ningún riesgo para las casas de alrededor, ni para las laderas ni las fincas cercanas», observaba al mediodía la mandataria al tiempo que afirmaba desconocer el origen de este incendio.
A pesar del susto y del alboroto, Grijalvo señalaba que, «afortunadamente», no se encontraban en el interior ninguna de las dos personas que desde hace unos cuatro años okupan el pareado pasto de las llamas y que los aparatosos daños materiales no han ido más allá de estos edificios.

El fuego se produjo en una de las muchas urbanizaciones víctimas de la crisis de la construcción que perfilan el alfoz de Burgos. La cooperativa Solidel quebró y dejó «unas 40 casas abandonadas y destrozadas». Además de la siniestrada, un tercero okupa otra de ellas.

Grijalvo recuerda que hace unos años también tuvieron que recurrir a los Bomberos, pero en aquella ocasión fue por culpa de una hoguera prendida por unos adolescentes del pueblo a los que la gamberrada se les fue de las manos.