«Cualquier momento es bueno para leer»

M.G.Z.
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El Mudejarillo, la obra de José Jiménez Lozano constituye un retrato de la vida castellana en la época de San Juan de la Cruz

Álvaro Manso, de la librería Luz y Vida, en la calle de Laín Calvo, donde pasa la mayor parte de su vida. - Foto: Alberto Rodrigo

La lectura cobra un papel muy importante en la vida de Álvaro Manso, de la librería Luz y vida: «Cualquier momento es bueno para leer, el caso es tener un libro. Los libros son una cosa necesaria para mantener la mente al día y estar al tanto de los temas». Desde muy joven, este ávido lector comenzó a ayudar a su padre con las tareas del negocio familiar; una empresa fundada en 1948 situada en el corazón de la ciudad y actualmente regentada por la tercera generación de ‘Álvaros Mansos’. «La librería ha sido siempre mi mundo, empecé desde muy pequeño y me jubilé hace unos diez años, pero el mundo del libro siempre está encima», comenta. Originariamente el negocio se dedicaba a la venta de libros religiosos pero, con el paso de los años, ha ido incluyendo publicaciones de mayor variedad temática hasta que, a día de hoy, ofrece obras para los gustos de todos los lectores. Asimismo, entre las condecoraciones obtenidas, es necesario destacar que el local fue premiado con la Certificación del Sello de Librerías de Calidad, galardón entregado a aquellas librerías que cumplen determinados estándares de calidad y que ofrecen un amplio abanico de ofertas culturales.

El libro favorito de Manso, quien se declara un apasionado de la historia y de los temas castellanos, y que por tanto se convierte en la propuesta lectora del día es El mudejarillo (1992). Este título, escrito por José Jiménez Lozano, es una de las piezas más regaladas por el librero debido a la agilidad de su lectura y su originalidad temática: «Es una lectura fácil y encantadora porque habla de todo. Me pareció que era como un remanso de paz. Es como una narración de la Castilla de la época de Santa Teresa y San Juan de la Cruz; una Castilla muy deprimida pero con unos contrastes curiosos».

Los breves capítulos que conforman la narración constituyen una modesta recreación de la época a la vez que aportan pinceladas biográficas sobre los principales hitos desde la infancia hasta la muerte del religioso Juan de Yepes. «Es la vida de San Juan de la Cruz pero curiosamente huyendo de todo lo que es normal en cualquier vida de un personaje. Es muy curioso que el autor, lo sabe hacer tan bien, que huye de la mística (que era lo más fácil) para representar lo más sencillo de la vida», añade. En suma, la publicación pone el foco en descubrir los sentimientos y rasgos del castellano en las diferentes etapas y ambientes en las que desarrolla su vida.

Entre las reflexiones más significativas extraídas por el burgalés, destacan las contradicciones de los diferentes pueblos de Castilla entre las familias pobres y la riqueza de nobles y burgueses, la labor humanitaria de la iglesia, la búsqueda de antecedentes familiares de moriscos o judíos por parte de la Inquisición, etc. Para lograr esa fidedigna ambientación histórica, el abulense Jiménez Lozano emplea un cuidado estilo narrativo y un lenguaje repleto de expresiones y palabras propias del momento; hecho que para Manso hace que se convierta en la característica más especial de la pieza. «Casi es un diccionario de expresiones castellanas», agrega.

Por su parte, el escritor y también periodista autor de múltiples composiciones ha sido merecedor de numerosos galardones entre los que destacan el Premio Nacional de la Crítica en 1988, el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1992 y el Premio Cervantes en 2002.