El administrador que ha tomado las riendas de la Cooperativa Avícola, en concurso acreedores desde inicios del pasado mes de abril, continúa trabajando para tratar de obtener la viabilidad necesaria que consiga reflotar de la millonaria deuda que acumula Cobur desde hace años. En un primer momento se reunió con administraciones públicas, patronal y sindicatos para exponerles su situación, y hace unas semanas ha llamado a la puerta del Ministerio y de la Junta para tratar de obtener ayuda. El último paso que han dado ha sido cerrar, desde el próximo 24 de julio, cuatro de las tiendas bajo la marca La Despensa que la Avícola tiene en la capital. Legalmente estos establecimientos son propiedad de Hermanos Ávila, una sociedad participada al cien por cien por Cobur, y para la que el administrador ha requerido su entrada en concurso de acreedores.
«Se están ajustado unidades de negocio deficitarias para buscar la viabilidad a futuro y que la Cooperativa Avícola pueda seguir funcionando de cara al futuro», apuntan fuentes del bufete que ha tomado las riendas de Cobur. Los negocios menos rentables, y por lo tanto los que echarán definitivamente la persiana el penúltimo viernes del mes de julio son las de la calle Alfareros (San Pedro y San Felices), calle Emperador (San Pedro de la Fuente) y Luis Alberdi (Gamonal-G-3), además de la tienda ubicada en la sede central de la Cooperativa, en el Monte de la Abadesa junto a la A-1.
Su cierre conllevará, además, el despido de cinco trabajadores, ya que en uno de los locales se trabajaba a jornada partida, por lo que eran necesarios dos empleados para cada uno de los turnos. No obstante, aún continuarán abiertos al público seis establecimientos en la capital, estos sí con beneficios, y en los que Cobur centrará sus esfuerzos.
Mientras siguen perfilando qué activos deben deshacerse y cuales deben potenciar, desde la administración concursal están pendientes de las noticias que les trasladen desde el Ministerio de Agricultura y la Junta. El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, comunicó a los responsables del Estado la situación crítica de la Avícola. También están trabajando en buscar posibles cooperativas castellanoleonesas interesadas en formar parte de la Avícola desde la Dirección General de Economía Social y Autónomos.
Donde sí que no hay noticias es sobre el matadero. Su cierre a principios de año provocó la rescisión del contrato de 85 trabajadores, empleados por Randstand. La anterior gerencia, alegando motivos económicos, volvió una vez más a cerrar las salas de sacrificado, despiece, envasado y engomado, como ya hizo en abril de 2018, aunque posteriormente se volvió a activar tras un alquiler a la compañía de servicios, cuyo contrato se canceló el pasado 9 de enero. La extinción de esos empleos en Burgos no ha sido el único problema que se ha generado con el anuncio, ya que hay hasta un centenar de empresas que se han quedado colgadas tras el cierre del matadero.