Aquí no hay quien suba

R.P.B.
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La resignación cunde ya en el ánimo de los vecinos del barrio alto, hartos de que las escaleras mecánicas de San Esteban casi nunca funcionen

Esta imagen no requiere de explicación alguna. - Foto: Luis López Araico

Los vecinos hace tiempo que tiraron la toalla: las escaleras mecánicas de San Esteban funcionan un día sí y cien no. Esto es: no funcionan nunca. Tan es así, que los más habituales ni se acercan a ellas y optan por la escalinata central o por la que discurre junto al CAB. Es el caso de Carlos, que se dispone a ir hacia su casa de la parte alta del barrio con su nieta de la mano y cargado con una bolsa de la compra en la otra. «Que las escaleras mecánicas funcionen es algo excepcional.Ya estamos acostumbrados», explica con resignación mientras mira a su derecha, donde se exhiben varadas, como si no existieran, las escaleras mecánicas. Da igual que los vecinos hayan protestado una y mil veces. «Esto no tiene arreglo», zanja Carlos. Se arguye como principal explicación a esta anómala y lamentable situación el vandalismo nocturno vinculado al botellón.Que son los chavales los que, a mala fe, torpedean el mecanismo de las escaleras.

Las huellas del botellón son fácilmente reconocibles: junto al ascensor (que también, aunque menos, a veces no funciona) hay restos de botellas, de latas, cristales rotos. «Las escaleras no funcionan nunca. Es una auténtica vergüenza. No hay vigilancia ni mantenimiento», denuncia otra vecina, Ana, madre joven a la que, si nadie la ayuda a subir el carro con su criatura si también va cargada con la compra, por ejemplo, se ve obligada a dar un rodeo enorme para poder llegar a su casa. «Es surrealista. Pero por desgracia ya estamos acostumbrados», apostilla. Otro vecino del entorno aparca su bicicleta junto a una de las farolas que al pie de las escaleras mecánicas para no cargar con ella hasta arriba. «Los chavales se las cargan, meten palos, piedras, cristales. Pero nunca pasa nada. Por aquí no viene ni la policía. Esta zona de la ciudad está llena de gente mayor a la que las escaleras facilitarían la vida.Pero parece que eso no importa», subraya con enfado.

Una inversión inútil. Las escaleras mecánicas comenzaron a funcionar en mayo de 2011, cuando se remodeló el casco histórico alto para salvar las barreras arquitectónicas entre las calles Hospital de los Ciegos y Arco de San Esteban.El Consistorio realizó una cuantiosa inversión, superior a los 300.000 euros, que diez años después puede considerarse inútil. Dinero tirado. Desde su puesta en marcha no han funcionado con normalidad ni siete días seguidos.De un tiempo a esta parte, es un milagro que algún día funcionen.

(El reportaje completo, en la edición impresa)