Vicente Marañón y Carolina Blasco se cantan las cuarenta

J.M.
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Lucharon por la Alcaldía de Burgos y aunque los 2 la tocaron con la punta de los dedos, perdieron la oportunidad por la desunión del centro-derecha que ambos quisieron liderar. Ahora Cs está en el Gobierno con el PSOE. Repasan el pasado y el presente

Vicente Marañón y Carolina Blasco se cantan las cuarenta - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Los gestos de sintonía se mezclan con los reproches. Muy cercanos ideológicamente, el contexto político les ha situado en posiciones antagónicas. En esta charla analizan el pasado, presente y futuro de la legislatura.

Investidura. Una sorpresa inesperada.

Tras las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019, el llamado bloque de centro-derecha logró sumar los 14 concejales que necesitaban para tener el Gobierno de la ciudad. El PP tenía preparada la salida del exalcalde, Javier Lacalle, para que Carolina Blasco le sucediera en el cargo, pero un pacto mucho más amplio alcanzado entre las cúpulas regionales y nacionales del PP y Cs obligaba a los populares a sacrificar la Alcaldía de Burgos (y alguna más) a cambio de conservar el Ejecutivo autonómico. El candidato de los partidos conservadores pasaba a ser el líder de la formación naranja, Vicente Marañón, pero Vox se cruzó en el camino y, de manera indirecta, le entregó el bastón de mando a Daniel de la Rosa. ¿Cómo se explican estos dos protagonistas que el PSOE se hiciera con el poder?

VICENTE MARAÑÓN. Eso mismo me pregunto yo desde aquel día.  Mañueco y Rico son presidentes de la Junta y de la Diputación gracias a que en Cs cumplimos nuestra parte del pacto y, sin embargo, no tenemos la Alcaldía de Burgos. Es más, antes de aquel Pleno de investidura el PP hizo todo lo posible porque descarrilara. El candidato Javier Lacalle y sus concejales, incluida Blasco, salieron en público a dar una rueda de prensa en la que nos ponían a los pies de los caballos. Al principio dijeron que no iban a apoyarnos y luego que sí, pero que nos dejarían solos.

CAROLINA BLASCO. La posición del PP como partido estaba clara. Mantener, en la medida de lo posible, todos los gobiernos en un contexto muy complicado donde, aunque ganes las elecciones y saques mayorías importantes, muchas veces hay que propiciar acuerdos. En eso se basó un pacto que no solo era local sino que, como todo el mundo sabe, era regional e incluso nacional. Y en ese contexto, con mayor o menor entusiasmo, tuvimos que aceptarlo. Lo que no queríamos es que el PP, que tenía experiencia y sabía gobernar, llevara todo el peso de un Gobierno y que Cs únicamente diera un paso adelante para hacerse visible con un número de concejales pequeño y tener protagonismo. La prepotencia de Cs es la que hizo que ese pacto no se pudiera concretar porque desconocieron que uno de sus elementos claves era Vox. Nadie se acercó a ellos para negociar y de alguna forma también influyó la desafortunada intervención de Marañón (en campaña) al arremeter duramente contra ese partido. A partir de ahí lo que hemos descubierto es que Marañón y Cs engañaron a los burgaleses. Nos contaron que venían a combatir el socialismo, que su socio preferente era el PP y lo que han hecho es acabar sucumbiendo a las políticas del PSOE.

(Amplio reportaje de tres páginas, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)