A la espera de los medidores de CO2

B.G.R.
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Los sindicatos consideran que estos detectores deberían estar ya en los centros

A la espera de los medidores de CO2 - Foto: Luis López Araico

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció a principios de enero la instalación de detectores de CO2 en las aulas de los colegios de la región con el fin de controlar la calidad del aire y mejorar así la ventilación. Desde entonces nada se ha sabido respecto a cuándo llegarían los detectores, hasta que el jueves la consejera de Educación, Rocío Lucas, aseguró que, aunque no se suministrarán todos a la vez, una parte de ellos estará en los centros educativos la primera semana de febrero.

Los sindicatos consultados por este periódico coinciden en asegurar que estos dispositivos (está previsto uno por clase) «deberían estar ya» en los centros educativos burgaleses, preguntándose si el volumen de unidades que se recibirán será testimonial o no. En este sentido, muestran su preocupación por el problema de existencias que hay en el mercado al que se refirió la propia responsable regional. 

En el cuándo insisten los representantes de los trabajadores de la enseñanza, teniendo en cuenta que «estamos en la tercera ola de la pandemia y en pleno invierno», al tiempo que consideran que, «como viene siendo habitual», «las medidas llegan tarde y sin previsión». Algunas centrales llevan tiempo también reivindicando filtros de renovación del aire como dos soluciones complementarias para lograr mayor seguridad y confort térmico en el aula. No obstante, precisan que en este último caso hay centros cuyas instalaciones sí que permiten su colocación pero otros no, por lo que exigen que todas las iniciativas que se planteen se realicen con «planificación». 

La previsión es que exista un medidor por aula, contemplándose 16.000 para toda la comunidad, de los cuales 3.000 tendrían que estar destinados a Burgos. Además de estos detectores, el sindicato Stecyl reclama también que se dote de mascarillas de máxima protección (FFP2) a todo el personal docente, al igual que la creación de la figura de un coordinador de riesgos laborales, «con el que ya cuentan otras comunidades», al margen de los equipos covid que se han constituido en cada centro.