Burgos precisa 300 camioneros pese a crecer los aspirantes

FERNÁN LABAJO
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Las autoescuelas notan un ligero incremento (5%) tras un convenio firmado con FAE para costear los carnés hace un año, pero sigue siendo insuficiente para el sector del transporte

Burgos precisa 300 camioneros pese a crecer los aspirantes - Foto: Daniel Canas

Las empresas de transporte de mercancías y de pasajeros han notado desde hace unos años un claro descenso de conductores. Tanto, que el pasado año pidieron a la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) firmó un convenio con las autoescuelas de la provincia de Burgos para costear los gastos de aquellas personas que quisieran sacarse el carné para poder conducir camiones o autobuses y paliar así la escasez de profesionales. Desde entonces, el incremento ha sido palpable, pero parece que aún muy limitado, según perciben desde las academias, aunque tanto este colectivo como la Asociación Burgalesa de Transportistas (Asebutra) se muestran cautos por el momento.

El presidente de esta última, José Luis Olivella, matiza que hasta finales de año no se va a poder hacer una valoración concluyente sobre la medida acordada para atraer a conductores profesionales: «Creo que aún es pronto para saber si hemos acertado o no. Desde luego, si no vemos un repunte no creo que sea un fracaso, sino que no habrá gente suficiente a la que le atraiga llevar un camión o un autobús». A este respecto, recuerda que se trata de un trabajo  que está bien remunerado pero no muy «apetecible», pues un transportista, ya sea de mercancías o de pasajeros, «tiene que pasar muchas horas fuera de casa, en ocasiones más de una semana», algo a lo que no todo el mundo está dispuesto.

En esta misma línea se muestra Ramón Gutiérrez, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Burgos, quien reconoce que «no es una profesión con una gran demanda porque nuestras costumbres y hábitos no pasan por estar en la carretera». Es por eso que, a pesar de haber notado un ligero incremento de aspirantes que se acercan a las academias a preguntar por las ayudas para los permisos, la subida no supera el 5%. No en vano, considera que la persona que tiene intención de sacarse la licencia cuenta con el dinero suficiente para poder hacerlo. Aun así, también se muestra partidario de esperar unos cuantos meses para hacer una valoración y saber si hay margen de mejora.  

Gutiérrez subraya que en el sector del transporte «hay muchas salidas» y afirma que prácticamente todas las semanas reciben llamadas en su academia, Centro Técnico de Conductores, en la que algunas empresas solicitan profesionales, más allá de su experiencia, lo que confirma la amplia demanda del sector. El presidente de Asebutra estima que en la provincia hacen falta entre 300 y 400 camioneros y conductores de autobús.

Olivella recuerda que, además de ser un oficio poco atractivo por el gran número de horas que se pasan fuera de casa, el coste de tiempo y dinero para una persona que tiene intención de sacarse el carné es bastante considerable. En concreto, son tres las fases que tiene que superar un aspirante: primero el permiso de camión rígido, después el de articulado y finalmente realizar el curso de capacitación, conocido comúnmente como el CAP. «Lo normal es que una persona tarde entre ocho meses y un año. Si no es muy hábil, necesitará hacer más prácticas y superar esos plazos», puntualiza. Por supuesto, el precio estará íntimamente ligado y puede llegar a superar los 2.000 euros en algunas ocasiones.

Aunque es evidente esa baja demanda de transportistas y que cada vez hay menos jóvenes que se ven atraídos, José Luis Olivella opina que no es una profesión muy envejecida, ya que muchos conductores deciden jubilarse pronto, con unos 60 años, porque «han pasado media vida en el camión y se sienten bastante cansados».