"La Film Commission ayudaría a elegir Burgos para rodar"

H.J.
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El productor burgalés Simón de Santiago, ganador de un Goya por la película argentina 'La odisea de los giles', cree que contar con una oficina cinematográfica puede ser decisivo para atraer localizaciones

Simón de Santiago (izquierda), celebrando el Goya con sus socios argentinos. - Foto: Jorge Zapata (EFE)

Ni son tan conocidos como los actores ni tan venerados como los directores y por eso suelen pasar desapercibidos, pero los productores cinematográficos son un pilar esencial de la industria del cine y el burgalés Simón de Santiago fue uno de los que triunfó el sábado en la noche de los Goya.

Ya había ganado los Premios Forqué hace dos semanas, y este pasado fin de semana remató un arranque del año espléndido con el mayor reconocimiento del cine español al recibir el galardón de Mejor Película Iberoamericana por La odisea de los giles. Lo hizo en representación de MOD, la pata española del trío de productoras que ha sacado adelante el filme basado en el libro La noche de la Usina, donde se relata la ingeniosa venganza de un grupo de afectados por la crisis del ‘corralito’ en Argentina.

Un día después, ya más tranquilo después de las celebraciones en Málaga, relataba a este periódico su satisfacción por un premio que, pese al favoritismo de su película, nunca está asegurado. "En estas cosas hay que mantener la cabeza fría porque muchas veces te dan sorpresas y nunca sabes. Teníamos una ventaja con el hecho de que la película haya tenido cierta repercusión, pero a los votantes les tiene que haber gustado", explicaba.

La odisea de los giles lleva cerca de 1.900.000 espectadores en Argentina, "lo que para los tiempos que corren allí está muy bien, porque la situación económica ha jugado muy en contra por la depreciación del peso y la inflación". Ahora falta que el filme acabe de triunfar en España, donde a partir de marzo estará en varias plataformas de vídeo bajo demanda, y a buen seguro que el Goya le da un nuevo impulso en las taquillas. "Quizás hasta podamos reestrenar en Burgos, donde la película estuvo unas cuantas semanas en cartelera pero ya había desaparecido", apunta De Santiago.

El productor visita Burgos periódicamente, donde conserva familia, y es consciente de las pretensiones de la administración por impulsar una Film Commission, una oficina de atracción de las inversiones cinematográficas. En concreto, y preguntado sobre el anuncio del Ayuntamiento de ponerla en marcha próximamente, apunta que "es un elemento que ayudaría mucho a decidir una localización". Explica que "cuando un productor se está planteando dónde rodar a lo mejor no tiene una localización muy precisa, y tener una oficina como punto único de contacto que te ayude a a descubrir las localizaciones disponibles, el tipo de paisajes, la arquitectura, que te dé facilidades a la hora de gestionar permisos, puede ser un elemento a favor y hacer la ciudad más competitiva. Ojalá tuviera Burgos una", concluye.

Politización y subvenciones. La gala de los Goya fue, como casi todas sus precedentes, un tanto polémica. Al mundo del cine en general se le suele criticar su politización pero precisamente respecto a la ceremonia del sábado Simón de Santiago opina que "no considero que haya sido especialmente política, las ha habido mucho más cargadas. Una cosa es la intención de la Academia, que trató de hacer una gala bastante neutra, y otra cosa es obviamente que nadie puede controlar lo que alguien sube a recoger el premio diga o haga, y no está mal escuchar distintas ideas".

Sobre el modelo de financiación de la industria del celuloide español, cree que "el apoyo público al cine debe compaginarse con el privado y ser un mix". Admite la dependencia de las subvenciones que han sufrido recortes en los últimos años, pero advierte: "Como muchos otros sectores".