Para algunas jurisdicciones celebrar procedimientos vía online es clave para dar salida a todos los expedientes que quedaron pendientes durante el estado de alarma. En el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Burgos, especializado en asuntos bancarios como las cláusulas suelo, solo han necesitado cinco meses para sacar adelante todo el trabajo atrasado durante los meses más duros de la pandemia. Y ha sido gracias a las vistas virtuales. El 90% de los casos se dirimen de esta manera, de ahí que éste sea uno de los órganos que mejor funciona en estos tiempos tan complicados. 

El juzgado de cláusulas suelo comenzó a celebrar vistas nada más levantarse la suspensión de plazos procesales el pasado 4 de junio. La prioridad fue ir tramitando todo lo que había quedado pendiente durante el confinamiento y, según aseguran desde este órgano, ya están prácticamente al día y en la actualidad están sacando adelante más asuntos de los que ingresan.  Al inicio del tercer trimestre estaban pendientes un total de 1.045 procedimientos. Entraron 290 y se  resolvieron 354, con lo cual quedan pendientes 980. «Está funcionando con normalidad y las cifras son muy aceptables. No hemos notado mucho retraso, a excepción de algún trámite que se ha quedado pendiente. Hay procedimientos que se están cerrando al año, porque ya no es solo el juicio, sino todo lo que viene después con la tasación de costas, por ejemplo», explica Beatriz Monasterio, abogada especializada en asuntos bancarios. 

Mucha culpa de que este juzgado haya recuperado el pulso anterior a la pandemia tienen, asegura, esa adaptación a las circunstancias con las nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, la gran mayoría de procedimientos relacionados con cláusulas suelo, tarjetas revolving o reclamación de gastos hipotecarios, se suelen resolver en la audiencia previa. Monasterio aclara que «suele ser un acto muy breve, que dura cinco o diez minutos, que al hacerlo de manera telemática nos podemos conectar desde el despacho». Obviamente, añade, «pierdes menos tiempo que si tienes que desplazarte al juzgado».

Aunque la mejora de los sistemas de videollamada y otros elementos tecnológicos de la justicia es el caballo de batalla de todos los gremios, lo cierto es que, aclara la abogada especializada, en el caso de las vistas celebradas en el juzgado de cláusulas suelo «está funcionando todo bastante bien. La conexión es correcta, al igual que la escucha. Al final eso no solo está permitiendo más agilidad, sino que además nos evita tener que ir una sala de vistas y coincidir con mucha gente», recalca. 

Maquinaria engrasada. La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial acordó en junio de 2017 especializar el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Burgos en procedimientos bancarios, una decisión que hace unas semanas volvió a renovar. Desde entonces, han ingresado alrededor de 1.500 o 2.000 asuntos cada año, en función de las sentencias del Supremo que sentaran jurisprudencia y animaran a los ciudadanos a acudir a los tribunales. Aunque al principio le costó sacar los asuntos adelante, lo cierto es que, según reconocen los abogados que se dedican a esta materia, la maquinaria está bastante engrasada y actualmente es uno de los que mejor funcionan en Burgos. Normalmente, están aceptando a trámite los expedientes en un plazo de dos o tres semanas y se resuelven en menos de un mes tras el juicio.

«Lo bueno de la especialización es que estos órganos se centran en tres o cuatro materias, no es lo mismo que otros juzgados, que tienen que resolver decenas de casos diferentes. Tienen una jurisprudencia actualizada, hay muchas cosas que se sacan de manera mecánica y eso se nota en los tiempos de respuesta», reflexiona Beatriz Monasterio.