Los investigadores descendieron a la bodega de la casa fumigada en Villafruela para determinar por dónde se filtró el gas tóxico hasta llegar a la vivienda del matrimonio fallecido el martes y descubrieron que los sótanos de ambas casas no están conectados. De modo que la fosfina tuvo que colarse por las grietas o los poros de los muros de arenisca situados en el subsuelo, según la Guardia Civil.