Los más pequeños ponen su letra sobre el volcán

ARSENIO BESGA
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Los alumnos del colegio La Charca escriben cartas a los afectados de La Palma y aprenden con métodos alternativos. «Todo surge por el interés de los niños», explican desde el centro de Miranda

Los propios estudiantes han diseñado un volcán y un juego educativo.

La erupción inesperada del volcán de La Palma ocupa los grandes titulares desde hace semanas. Todos los ciudadanos del país conocen, en mayor o menor medida, qué está ocurriendo. Las conversaciones sobre este asunto, los reportajes relacionados con el desastre y las noticias de los medios llegan a ojos y oídos de cualquier persona. También a los de los más pequeños. Sin embargo, a diferencia de los adultos, los niños no temen mostrar su curiosidad, sus dudas, sus ganas de aprender. Ante esto, en el colegio mirandés La Charca encontraron una solución: planificar sus clases a través de métodos transversales y contenidos relacionados con la vulcanología.

«El proyecto surge por el interés de los propios niños», reconoce la jefa de estudios del centro, Soraya García. «Ellos ven las noticias y oyen hablar del volcán, por lo que nos planteamos tomar el tema como vehículo para diferentes áreas», añade. «Lo hemos abordado a través de las clases de lengua, de plástica y de ciencias sociales», relata García. 

Los encargados de diseñar el programa educativo perseguían un objetivo más amplio que la mera transmisión del conocimiento sobre geología.  «No solo buscábamos que aprendieran sobre ciencia, también educar en valores», explican. En esa dirección precisamente, se configuró una propuesta con la que los estudiantes contactaron por escrito con personas afectadas por el volcán. «Las cartas que enviaron los alumnos son solo la punta del iceberg en este proyecto», analiza la jefa de estudios. 'Siento que hayas perdido tu casa', escribían algunos muchachos la primera vez que intentaron redactar la correspondencia, según la jefa de estudios. «Rápidamente, por ellos mismos, entendieron que lo mejor era mandar ánimo y mensajes positivos», aclara la responsable de La Charca.

Esta actividad específica cumple un triple propósito. Por un lado, permite mejorar la expresión escrita; por otro, facilita «empatizar» con quienes están sufriendo; y, finalmente, posibilita que «los niños conozcan el entorno que les rodea». Soraya García expone que «al existir nivel dos de alerta sanitaria, los centros escolares pueden organizar pequeñas salidas». Por ello, los profesores acompañaron a sus pupilos al buzón más cercano para depositar sus buenos deseos. 

Desde el área de Plástica, el colegio organizó un ejercicio para implicar a los niños de forma activa. Básicamente, los alumnos de la segunda etapa de Primaria construyeron la maqueta de un volcán y generaron una erupción con vinagre y bicarbonato. «Visualmente los niños se dieron cuenta de cómo cambia un paisaje de manera natural», comenta la jefa de estudios. «La costa está cambiando», exclamaban algunos, recuerda García.

Paralelamente, los niños de La Charca desarrollaron un juego con el que estudiar las capas del planeta. Y no solo eso. El centro también ha empleado las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para profundizar en su labor. «Hemos proyectado multitud de vídeos y material audiovisual», sostiene Soraya García. «Además, están haciendo un trabajo colaborativo a través de Teams, la herramienta corporativa que utiliza la Junta», completa la jefa de estudios. 

El proyecto, que lleva casi un mes en marcha, ahora está a punto de terminar. «En principio, solo queda una actividad por cerrarse y será esta semana», concluye García. El motivo de esta decisión no pasa por un agotamiento de los escolares, sino por la necesidad de abordar nuevos escenarios. «En breve, entraremos en cuestiones relacionadas con la igualdad y también con la inclusión», argumentan desde La Charca.