El hasta hace apenas una semana inquilino de la cafetería Espolón (también conocido como Polisón) ha entregado ya las llaves del local de hostelería anexo al Teatro Principal al Ayuntamiento. El arrendatario decidió no recurrir el fallo del Juzgado de lo Mercantil que ordenaba su salida y el pasado 28 de diciembre comenzó a retirar los enseres del establecimiento.

La relación entre el Ayuntamiento y la mercantil no termina aún ya que desde el número 1 de la Plaza Mayor se seguirá reclamando el pago de los alquileres pendientes desde el año 2015, fecha en la que se inició el contrato entre las dos partes.

Los últimos cálculos del Ejecutivo municipal cifraban en alrededor de 250.000 euros la deuda acumulada a lo largo de los últimos 5 años. Se antoja complicado poder recuperar todo el dinero ya que el administrador concursal cifraba el activo de la empresa en alrededor de 150.000 euros.

La crisis sanitaria ha provocado que el Ayuntamiento no tenga excesivas prisas a la hora de licitar un nuevo contrato de arrendamiento y a partir de ahora en lo que se trabajará es en estudiar cuándo es el momento más oportuno y en la elaboración de un nuevo pliego para sacar a concurso la explotación del negocio.

En el último contrato se establecía que el arrendatario debía pagar un alquiler mensual de unos 4.800 euros (sin IVA). Se han cobrado meses puntuales.