Un estudio realizado por Fernando Molinero y Milagros Alario, catedráticos de Análisis Geográfico de la Universidad de Valladolid, y encargado por las once comarcas de la región que trabajan juntas en el proyecto de cooperación '+Empresas + Empleo + Rural' ha evidenciado el fuerte arraigo a la tierra de quienes están detrás del tejido productivo de la comarca. Y es que el 83% de los empresarios se quedaría en la comarca, aunque lograra más beneficios o mejores condiciones fuera de ella, lo que es «importantísimo para la economía local», como destacó Alario.
Con «la idea era poder tener una foto de la situación actual del tejido empresarial, de su evolución, y del escenario y oportunidades de futuro que se puedan presentar tanto para los territorios y las empresas», como explicó la gerente del Ceder Merindades, Nuria Ortiz, se ha encargado el estudio presentado esta semana en Villarcayo sobre la situación empresarial en la comarca desde 2007 hasta 2020 y sus oportunidades para la reactivación y mantenimiento de su economía. Gracias a él se conoce que el 62% de las empresas de la comarca ha nacido en el siglo XXI y cuando se habla de negocios del sector turístico, este porcentaje sube al 77%.
En Merindades, como en la mayoría de las zonas rurales, el mayor peso lo tiene el sector servicios con un 58,5% de los 6.968 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social en 2020 y que son 1.283 menos que en 2007, cuando contaba con 8.251 ocupados. Los servicios es el único sector que ha crecido del 45% en 2007 al 58,5% actual. El resto han caído, aunque de forma mayúscula la construcción, que en pleno boom del ladrillo daba empleo al 20,5% de los trabajadores y ahora solo al 11%. Mientras, las actividades agrarias ocupan al 14%, dos puntos menos que en 2007, y la industria, al 16,2%.
El estudio señala que el sector servicios es «el de más potencial» y dentro de él, el comercio destaca con 27%, seguido de alojamientos y restauración, con un 21% de trabajadores. El trabajo destaca como los comerciantes admiten que doblan su facturación con la llegada de los visitantes del País Vasco en verano. Tanto es así que el estudio afirma que la comarca «se está especializando en ser el traspaís del País Vasco, dadas sus abundantes segundas residencias y el gran mercado que generan estos visitantes». Por ello, se considera «muy importante potenciar la agricultura, ganadería y productos de proximidad, por cuanto la visita de la población flotante del País Vasco multiplica por tres o por cuatro el consumo local».
Valorizar el patrimonio natural y cultural es otro «nicho indudable de riqueza, de consumo y de empleo», según el estudio y a ello añade que «el campo de la economía verde está llamado a consolidarse gracias a que la comarca cuenta con un enorme potencial natural, forestal, agrícola y ganadero, pero también en la producción de energía limpia y barata para empresas que podrían instalarse en estas tierras». «Innovar» es otra de las claves que plantea el estudio en sus conclusiones, así como «ampliar, mejorar y valorar los servicios turísticos, que a su vez tirarán de la construcción y de la economía verde». En suma, el futuro pasa por analizar qué actividades y oportunidades de negocio pueden reactivar la economía sobre la base de las potencialidades de Las Merindades, «el espacio, agua, tierra, cultura, patrimonio...».