Un rescate a ciegas en el Arlanzón

I. ELICES
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Tres policías nacionales de Burgos salvaron la semana pasada a una mujer que se lanzó por la noche al río en una zona de profundas pozas situada entre el barrio de San Juan y la Milanera. «Nos tiramos sin pensarlo», confiesan

Vicente, José y Carlos -de izda. a dcha.-, en la zona de la ribera del Arlanzón donde se tiraron al agua para rescatar a la mujer. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El cauce del Arlanzón no es muy profundo comparado con otros ríos más caudalosos, pero sí muy traicionero. Cualquiera que no se haya introducido en sus aguas podría tener la tentación de asegurar que lo cruzaría mojándose solo hasta los tobillos. Puede que sea así en alguna zona determinada de su recorrido capitalino, pero en otras la presencia de pozas y las corrientes lo convierten en un peligro. Que se lo digan a los tres agentes que la semana pasada se zambulleron en sus aguas, a la altura de la pasarela peatonal que une los barrios de San Juan y El Pilar, para salvar a una mujer que se acababa de lanzar en un intento autolítico. Lograron sacarla, a pesar de sus tercos intentos por zafarse y de la oscuridad que dificultaba su localización, pues el rescate se produjo pasadas las 23 horas del lunes 1 de junio.

Fue la propia mujer -de unos 40 años- la que contactó con la Comisaría para informar de que se iba a tirar al río. En la sala del 091 triangularon la llamada para acotar la zona de búsqueda, pero «fue muy difícil, porque colgaba, luego volvía a llamar; eso sí, decía la verdad, porque se oía que chapoteaba», afirma Julio, que habló con ella.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)