El último órdago de ETA

Á.M.
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Tres integrantes del Comando Otazua fueron encarcelados como autores materiales, pero su jefe directo salió absuelto

Mikel Carrera Sarobe 'Ata' - Foto: EFE

Primavera de 2009. ETA roba en la localidad francesa de Peyrat-le-Châteu una furgoneta Mercedes Vito. Nadie sabe que se trata de una operación terrorista, pero lo es. La infraestructura de la organización criminal quiere un vehículo en el que poder meter cientos de kilos de explosivos. Envía la Vito a Álava, donde es escondida.

Poco después, el Comando Otazua, formado por Daniel Pastor Alonso, Íñigo Zapirain Romano y Beatriz Etxeberría Caballero, se desplaza a Burgos y comienza a recopilar información sobre la Casa Cuartel de la Guardia Civil. Además, buscan en los alrededores, sobre todo en el G-3, furgonetas del mismo modelo robado en Francia. Quieren un número de matrícula y lo encuentran: 8686 BRG. Envían la información a Francia y esperan.

La infraestructura terrorista en el país galo fabrica las placas con el material robado por ETA en 2002 en una empresa de Usúrbil, en Guipúzcoa. Las hacen llegar a España. La furgoneta es pintada de blanco y le colocan las placas falsas. Ya tienen un vehículo idéntico al de un ciudadano burgalés que ni se puede imaginar lo que está sucediendo. El comando sabe que la Guardia Civil comprueba las matrículas de los vehículos que estacionan en las inmediaciones de sus instalaciones de la avenida Cantabria. Cuando le llegue el turno a la Mercedes, comprobarán que es de un vecino de la ciudad y seguirán la ronda.

Mañana del 28 de julio de 2009. Daniel Pastor conduce la furgoneta en dirección a Burgos. En un coche de cobertura viajan Íñigo Zapirain y Beatriz Etxebarría. Llegan sin contratiempos y Pastor aparca la Vito a las 14.15 horas en las traseras de la Casa Cuartel, junto a la calle Jerez. Sale andando, va a la parada de taxi del Hospital General Yagüe y se desplaza hasta el lugar en el que le esperan Zapirain y Etxebarría. Huyen de la ciudad y van a Bilbao.

Dentro de la furgoneta hay 700 kilos de amonal con multiplicadores y un temporizador para estallar a las 04.00 horas. Es decir, en el momento en el que más gente habría en el interior de la Casa Cuartel, puesto que las familias y los agentes que no estuvieran de guardia se encontrarían en su interior. Hay 118 personas. 41 son niños. La bomba explota.

La orden de perpetrar el salvaje atentado obedecía a la situación de división intestina que vivía la organización criminal y terrorista ETA, que estaba ‘celebrando’ su inminente cumpleaños: medio siglo de sangre y dolor. El jefe de los comandos es Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe ‘Ata’, criado a los pechos del sanguinario ‘Txeroki’. Él quiere seguir la vía de la violencia, quiere una carnicería que aborte las negociaciones de la banda con el gobierno para poner fin a ETA.

Es sospechoso de haber asesinado personalmente al presidente del PP aragonés, Manuel Giménez Abad, y probablemente al guardia Juan Carlos Beiro y a los policías nacionales Bonifacio Martín y Julián Embid, además de haber ordenado muchos otros crímenes. ‘Ata’ sabe que una carnicería acabaría con toda posibilidad de un fin de ETA negociado, así que facilita el material y da la orden al Comando Otazua para  intentar tirar abajo la Casa Cuartel de Burgos.

Pero esa noche la suerte estaba del lado de los buenos. Sus secuaces no aparcaron la furgoneta sobre suelo firme, sino sobre una zona sin urbanizar. El suelo terroso provocó que buena parte de la explosión fuera absorbida por el terreno. Eso fue, a ojos de los peritos que lo investigaron, lo que evitó que al menos una parte de las instalaciones se viniera abajo con casi 120 personas dentro.

CONDENA Y ABSOLUCIÓN. Carrera Sarobe cayó en Francia menos de un año después. Para entonces ya era el jefe supremo de ETA, organización en la que había militado durante más de la mitad de su vida. Cuando fue detenido, ‘Ata’ estaba a punto de cumplir 38 años. Diez meses después, en marzo de 2011, caía en Vizcaya el Comando Otazua después de haber perpetrado 16 atentados y, al menos, dos asesinatos consumados. En diciembre de 2013, la Audiencia Nacional condenó a Pastor, Zapirain y Etxebarría a 3.860 años de cárcel por 160 delitos de asesinato en grado de tentativa y estragos terroristas. Carrera Sarobe, que cumple cadena perpetua en Francia como máximo responsable de al menos tres asesinatos (dos guardias civiles y un gendarme) en suelo galo, fue temporalmente extraditado a España para ser juzgado por esta causa. Fue absuelto.

El relato de los hechos contenido en estas líneas está extraído de esa sentencia de la Audiencia Nacional.