La era de José Alberto López en el banquillo de Anduva ha comenzado de forma atípica, por la crisis sanitaria, porque todavía no se conocen todos los rivales a falta de los play off y sobre todo porque el técnico apenas dispone aún de jugadores profesionales. El míster asturiano aprovecha la semana inicial de la pretemporada para entablar la primera toma de contacto en sesiones individualizadas, como marca el protocolo, mientras llegan refuerzos. 

«Estoy muy tranquilo porque sé que vamos a tener una buena plantilla», admite. Y es que López confía plenamente en el trabajo que viene desarrollando la dirección deportiva, con la que está en permanente contacto. Todas las incorporaciones realizadas hasta ahora, aunque parten de Chema Aragón, cuentan con su beneplácito porque «trabajamos en equipo». 

El técnico asume que será un verano diferente, pero en todo el fútbol nacional porque el coronavirus ha alterado la hoja de ruta. A estas alturas, otros años, había más movimiento de traspasos. «No nos vamos a poner nerviosos a la hora de incorporar jugadores, porque además ahora mismo el Mirandés es un destino muy atractivo para muchos futbolistas», afirma José Alberto.

Para el técnico, lo más importante es tener claro el perfil que se busca. «Sabemos que tipo de jugador nos interesa y los fichajes que se han hecho van en esa línea, por lo que estoy contento con ellos», apunta. Las señas de identidad están muy definidas. «Quiero un Mirandés atrevido, intenso y equilibrado. Son las características que han distinguido a este club en los últimos años y con esa idea estamos trabajando». 

De los cuatro fichajes realizados, dos llegan como cedidos «Esa política está funcionando bien porque a nivel de presupuesto somos de los clubes más bajos de la categoría. Esa mezcla de jugador joven y que conoce la categoría ha dado éxitos en las últimas temporadas». 

Mucho por hacer. La dirección deportiva tiene este verano la difícil tarea de diseñar un proyecto casi desde cero después de que la pasada temporada el equipo dejará el listón muy alto. De los jugadores que estaban a las órdenes de Iraola solo siguen cinco futbolistas, y Andrés podría salir ya que en principio no entra en los planes. Solo Carlos Julio ha renovado y junto a Limones, serán los más veteranos de un vestuario que se ha quedado sin referentes. 

«Es una hándicap no tener una estructura como equipo y gente que conozca lo que es el Mirandés. Pero para eso estamos nosotros», admite José Alberto, que a falta de una columna vertebral sobre el terreno de juego, se está apoyando en el personal del club y los integrantes del cuerpo técnico que ya estaban antes de su llegada al banquillo como el entrenador de porteros o el preparador físico. «Ellos nos están haciendo ver cómo es el Mirandés y por dónde ir, pero de todas formas es un club en el que la adaptación es rápida y sencilla. Yo desde que llegué me he sentido como en casa y eso les pasará a los jugadores», destaca.