Impacto "muy alto" o "severo" del AVE sobre dos vías romanas

H.J.
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La línea de alta velocidad Burgos-Vitoria atravesará 70 yacimientos arqueológicos, entre ellos las calzadas Italia-Hispania en Quintanapalla y la Hispania-Aquitania en Ameyugo y Miranda

La Vía de Italia se hace visible a las afueras de Burgos capital y está señalizada a su paso por Villayerno Morquillas, Hurones o Rioseco - Foto: ALBERTO RODRIGO

El gigantesco proyecto de construcción del tren de alta velocidad entre Burgos y Vitoria, cuyos detalles conocimos la semana pasada tras la aprobación de la declaración de impacto ambiental, no solo tendrá consecuencias para el territorio, la fauna o la flora. Sus 91 kilómetros de recorrido afectarán a su paso a 70 elementos del patrimonio cultural que ya se han detectado tras prospecciones arqueológicas "superficiales".

En concreto, el documento emitido por el Ministerio de Transición Ecológica habla de que 26 de ellos se ubican "en la banda de influencia de 100 metros donde no se prevén alteraciones del terreno, pero se podrían ver afectados por actuaciones de la obra". Y además hay que sumar otros 44 que se verán alterados directamente "en mayor o menor medida" por la nueva infraestructura, si bien en 4 de ellos no habrá afección al ubicarse sobre la traza de túneles.

Hay varios lugares arqueológicos registrados (LAR) sobre los que se espera un impacto marginal, pero en otros casos ya se sabe, y se asume a priori, que existirán afecciones notables. Es el caso de dos calzadas que atraviesan el noreste de la provincia de Burgos: la Vía Romana de Italia a Hispania (que procede de La Rioja) y la vía Hispania-Aquitania (la que se dirige al norte siguiendo un trazado similar a la actual N-I).

La primera de ellas figura en el análisis del tramo Burgos-Pancorbo, pues se cruzará con el AVE en el término municipal de Quintanapalla, donde se ha proyectado un terraplén y una reposición de la vía mediante paso superior. "El informe arqueológico indica que el impacto previsible es muy alto e irreversible, al tratarse de una vía romana en estado de conservación bastante bueno en este tramo", reza la resolución publicada el pasado martes en el Boletín Oficial del Estado.

Un viaducto para salvarla. Ante esta advertencia, ya en su día la Junta Administrativa de Riocerezo (perteneciente al Valle de Las Navas) advirtió de que en el estudio de impacto ambiental no aparecían señaladas "medidas que garanticen la integridad de la vía romana en este tramo y que impidan que la misma pueda usarse como camino de acceso o servicio para la maquinaria de obra, lo cual supondría la destrucción de la misma. Por ello, proponen la ejecución de un viaducto para evitar el efecto barrera, y que no se emplee la vía romana como camino de acceso o servicio en fase de obras".

En efecto, en el apartado de medidas correctoras, el Ministerio recomienda que el proyecto constructivo que ahora deberá redactarse sustituya "parte del terraplén por un viaducto de longitud suficiente para mantener intacto dicho Camino de los Romanos", en una horquilla de casi un kilómetro, así como la vía pecuaria posterior en toda su anchura legal.

Además de esta medida ya recogida expresamente, se recuerda que "en caso de que durante el transcurso del control arqueológico permanente y a pie de obra de los movimientos de tierra y desbroces afloren restos arqueológicos o evidencias históricas que no se hubieran manifestado previamente en superficie o de los que no se tuviera constancia, se comunicará inmediatamente a la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León o al Departamento de Cultura del Gobierno del País Vasco, paralizándose las actuaciones hasta que dicho organismo autorice su continuación".

Por su parte, en el tramo Pancorbo-Vitoria destaca la afección en la vía romana Hispania-Aquitania, la cual se cruza en tres puntos de los términos municipales de Ameyugo, Miranda de Ebro y La Puebla de Arganzón. "El impacto en esta vía se estima severo en los dos primeros puntos debido a que el estado de conservación no es óptimo, al coincidir con caminos rurales, y moderado en el último punto, al coincidir con la carretera N-I, que ha podido destruir sus restos", explica el documento ministerial.

Además, destaca el impacto sobre el Conjunto Monumental del Camino de Santiago en Álava (a la altura de Rivabellosa), propuesto a declarar como Bien Cultural Calificado. "Según el informe arqueológico, se prevé un impacto alto debido a la naturaleza e importancia del bien. En el punto de cruce, el camino coincide con la carretera A-3312, proyectándose en la alternativa seleccionada un viaducto al este del paso elevado sobre el ferrocarril actual, de manera que la afección podría producirse en caso de colocar las pilas del mismo próximas a la traza del camino", concluyen.

Como medida de precaución, en la fase de los proyectos constructivos y la posterior ejecución de las obras "se efectuarán las debidas intervenciones arqueológicas que garanticen una afección mínima y la adopción de las medidas correctoras oportunas de cara a garantizar la conservación y documentación de sus restos históricos (especialmente los tramos calzados). En este sentido, se definirá un entorno de protección para las calzadas en el entorno del cruce en Rivabellosa donde se prohibe, en una distancia menor de 30 metros a cada lado, todo tipo de actuaciones de movimiento de tierras, actuaciones de construcción y ejecución de infraestructuras, de forma que no se podrán ubicar las pilas de cimentación del viaducto".

Excavar una cuarta parte. Más allá de estos dos puntos críticos, la evaluación ambiental subraya que "los impactos al resto de LAR afectados se han valorado en el informe arqueológico como severos y moderados, planteándose como principales medidas preventivas el planteamiento de soluciones de ingeniería que los excluyan de verse afectados si es posible, o bien que sean objeto de excavaciones arqueológicas previas al inicio de las obras en al menos un 25% de la superficie afectada".

Cualquiera de ellos, si se considera de entidad suficiente, podría dar sorpresas en forma no solo de hallazgos de importancia histórica, sino también de consecuencias prácticas en forma de paralización o ralentización del proyecto.