El caso puso los pelos de punta a todo el país y traspasó fronteras. Este periódico publicaba el 5 de diciembre de 2014 la investigación que estaba en marcha en un juzgado del intento de suicidio de una menor con patología psiquiátrica que había sido sometida a varios exorcismos no solo con el beneplácito sino con la colaboración directa y estrecha de sus padres y de varias personas vinculadas muy de cerca a la Diócesis burgalesa. En aquellos días, y a tenor de la reacción de la Iglesia Católica, se pusieron de manifiesto dos asuntos sobrecogedores: que la institución seguía utilizando esta herramienta que al común de los mortales siempre le ha evocado historias macabras de ficción cinematográfica y que era muy importante la truculencia del perfil de muchos de los personajes que rodearon a la adolescente que, como se sabe, falleció este año tras una ingesta de pastillas: un seminarista que soñaba con ella, una profesora de Religión ultramontana, famosa por preguntar a sus alumnas si se masturbaban o cuándo tenían la regla, entre otras lindezas, un cura que le enviaba whastapps de ánimo o un vicario que declaraba ante los periodistas su preocupación porque «el espíritu del mal tuviera cancha en la sociedad». Con estos mimbres era raro que nadie se planteara narrar la historia.

Cinco años después de que saliera a la luz este espeluznante asunto el filme ya está sobre la mesa y tiene título: si los planes de Mister Fields and Friends y Bambú Producciones se cumplen tal y como están previstos en 2021 se estrenará 13 exorcismos y, según el productor Ramón  Campos, «será la película de terror de la que todo el mundo hablará».
No tiene aún el reparto cerrado definitivamente pero sí el director, Albert Pintó, y los guionistas: el propio Campos, Gema R. Neira, David Orea y Salvador S. Molina. «La idea de la historia ya nos rondaba desde que en su día conocimos la noticia de los exorcismos pero fue este año, con el fallecimiento de la chica, cuando decidimos llevarla adelante. Nuestra película hablará del miedo a lo desconocido y de cómo algunas creencias mal gestionadas pueden provocar más terror que paz en las personas. Este es el caso de esta familia que seguro vivió aterrorizada convencida de que su hija estaba poseída por demonio, pero también de esa chica que vio cómo aquellos que deberían haberla protegido se convirtieron de pronto en sus mayores enemigos», explicó el productor a este periódico.

Campos aseguró que no es su pretensión «bajo ningún concepto» ahondar en el dolor de quienes sufrieron estos hechos y por ello los nombres y algunos lugares en los que se desarrolle la acción serán modificados para preservar las identidades. 13 exorcismos se rodará entre los meses de mayo y junio durante seis semanas en localizaciones aún por determinar y su estreno está previsto en enero de 2021: «Para nosotros es un reto contar la historia de 13 exorcismos porque sentimos la responsabilidad de narrar una historia inspirada en hechos reales. No pretendemos juzgar a nadie. Solo intentar acercarnos a lo que pasó durante aquellos dos meses del año 2014. 13 exorcismos será sin duda la película de terror de la que todo el mundo hablará en el año 2021 y la ciudad de Burgos, una protagonista más de la trama. Creemos que los espectadores van a pasar auténtico miedo en la salas de cine».

Bambú Producciones está detrás de algunas de las series de más éxito de los últimos años, como Velvet, Gran Hotel, Fariña, Las chicas del cable y de documentales como El caso Alcàsser o El caso Asunta. El próximo 17 de enero estrenará Malasaña, 32, una película también de terror que ha sido dirigida por Albert Pintó, el cineasta que ya está detrás de 13 exorcismos.