El osteópata investigado podría pasar más de 10 años preso

A.C.
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E.P.J., de 56 años, fue interrogado ayer por la jueza del 1 de Villarcayo durante media hora sobre seis presuntos delitos de abusos sexuales, uno en grado máximo, tras una nueva denuncia la pasada semana

E.P.J. entró ayer a declarar en el Juzgado de Villarcayo a las doce y media de la mañana custodiado por dos agentes. - Foto: A.C.

A finales de febrero se produjo la primera denuncia contra el osteópata E.P.J. por un posible delito de abusos sexuales cometido contra una mujer de 50 años, con residencia en Barcelona. La difusión de su caso llevó a una cascada de cuatro denuncias más entre marzo y abril. La semana pasada, tras el registro de la vivienda del investigado el pasado día 11, la Guardia Civil hizo un llamamiento a nuevas víctimas y una más dio el paso adelante hasta sumar un total de seis, aunque no se descarta que puedan aparecer más. Asimismo, se ha sumado a la acusación el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León. En la mañana de ayer y tras tomarle declaración durante cerca de media hora en presencia del fiscal, la jueza del Número 1 de Villarcayo decretó un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza que condujo al investigado al penal de Burgos.

La situación judicial del osteópata se ha complicado especialmente por la última denuncia, presentada la pasada semana por una mujer de 58 años, residente en una provincia de Castilla y León que pasa sus vacaciones en Merindades. En ella la juez aprecia indicios de la comisión de un delito de abusos sexuales previsto en el artículo 181.4 Código Penal, es decir, en su grado máximo, al haberse supuestamente producido «acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías». Por este delito podría ser castigado con una pena de entre 4 y 10 años de prisión, mientras que la juez aprecia otros cinco delitos de abusos sexuales previstos en el artículo 181.1 del Código Penal por atentar contra la libertad o indemnidad sexual de seis personas, lo que le puede acarrear penas de 1 a tres años de prisión por cada uno.

La jueza tomó la decisión de encarcelarle ante «la gravedad de los delitos por los que le investiga y la pena que llevan aparejada en caso de condena, así como por el riesgo de fuga del investigado por su falta de arraigo laboral y familiar». Su defensa, en cambio, insistió en su inocencia y calificó la medida de prisión como «desproporcionada», al descartar el riesgo de fuga por carecer de medios económicos y no haberlo hecho en los últimos meses, a pesar de que ya fue detenido a finales de febrero. El osteópata se ratificó en que seguía el «protocolo».

El auto pone contra las cuerdas a este hombre, que daba clases de yoga en varios puntos de la comarca y se anunciaba como especialista en terapias corporales, quiromasaje y masajes terapéuticos, dado que si fuera puesto en libertad provisional en cualquier momento de la instrucción del caso, tiene prohibido residir o acudir a Quintana de Valdivielso, donde ahora tiene fijada su residencia. Asimismo, se le prohíbe aproximarse a menos de 500 metros o comunicarse con las denunciantes, vinculadas o residentes en diferentes municipios de Las Merindades, desde la propia Merindad de Valdivielso al área de influencia del Valle de Valdebezana o la Merindad de Valdeporres.

La mayoría de los hechos se cometieron en el gabinete que el investigado tiene en Quintana. Todas las mujeres relataron situaciones muy similares, dado que a pesar de sufrir dolores en diferentes partes del cuerpo, como cervicales, espalda o gemelos, de los que esperaban mejorar con sus masajes, salieron de allí con tocamientos en pechos y genitales. En varios casos también les indicó que tenían «retención de líquidos» y ese fue el argumento para justificar un masaje completo. Asimismo, las víctimas, todas entre 46 y 59 años de edad, señalaron en sus denuncias que se sintieron bloqueadas o paralizadas.